Paula Menéndez-Abascal, Operation Managing Director en Zenith, ofrece su particular visión del panorama publicitario en nuestra sección ‘Anuario 2024’. ¡No te la pierdas!.
“Y es que nunca en comunicación, la célebre frase de Alejandro Dumas “Uno para todos y todos para uno” ha encajado mejor en nuestras organizaciones.
Trabajar onmicanalidad se ha convertido en un mantra para marcas, agencias y compañías para acercarse a su consumidor o cliente de una manera integrada, coherente y adaptada a lo que necesita en cada momento.
Y ya no se trata de alcanzarlo, sino superar sus expectativas y entablar una relación de largo plazo. La convergencia de canales de comunicación ha dejado de ser una mera estrategia para convertirse en una necesidad.
A esto añadimos la variable de la inmediatez. Lo de hoy ya no es lo de ayer, ni valdrá para mañana. La tecnología, la sofisticación y la capacidad de adaptación cobran un rol esencial. Pero detrás de todo, siempre están las personas. Los equipos. El talento.
Si pretendemos esa ansiada onmicanalidad, debemos empezar por el núcleo, por los equipos para llevarlo a cabo. Por juntar, mezclar, fusionar disciplinas, perfiles, tecnología y capacidades. Es decir, en este viaje hacia la omnicanalidad, la colaboración de equipos multidisciplinares se convierte en indispensable para alcanzar el máximo potencial.
Cuanta más variedad de perspectivas, más comprensión holística. Equipos formados por expertos en tecnología, datos y analítica avanzada, negocio, servicio, marketing, innovación, creatividad y estrategia son la clave del éxito y garantiza una aproximación más coherente a los desafíos y oportunidades del negocio de las marcas.
Se trata de destruir los silos, de romper barreras fomentando la colaboración activa. Esto es lo que proporcionará un resultado alineado y acorde al objetivo de alcanzar al consumidor de forma coherente y fluida.
Otra gran oportunidad es la integración tecnológica, innovando en la integración de plataformas al servicio del conocimiento común. Expertos en tecnología y análisis de datos de diversas especialidades, pero con una misma visión.
Y volviendo al punto de la inmediatez, estas estructuras permiten adaptabilidad máxima, todos evolucionando y colaborando para esa agilidad minimizando esfuerzos. Al estar compuestos por profesionales con diversas capacidades, son inherentemente más adaptables y pueden ajustar estrategias omnicanal en tiempo real para seguir las dinámicas del mercado.
Pero para que todo funcione, deben ponerse de base unos cimientos indispensables.
La transición hacia la omnicanalidad a menudo requiere un cambio cultural dentro de la organización. La resistencia al cambio puede presentarse, y las compañías deben trabajar activamente para crear una cultura que premie la innovación y la colaboración.
También la sofisticación tecnológica implica una integración compleja. La gestión de esta complejidad, desde la implementación de nuevas tecnologías hasta el aprendizaje y engranaje pueden suponer un desafío muy enriquecedor para todos. Pero superados estos retos, que deberán integrarse de forma natural en la dinámica de los equipos, las oportunidades son infinitas.
Las sinergias entre especialistas y aceleración de la estrategia son los primeros beneficios que se observan. Un buen trabajo, completo y sin fisuras, realizado por un equipo que se enriquece mutuamente y alcanzan ese conocimiento del consumidor 360º.
Próximamente, la inteligencia artificial, la personalización avanzada y la automatización serán elementos clave en la evolución hacia experiencias del cliente aún más fluidas y personalizadas. Y estos equipos multidisciplinarios serán fundamentales para entender y adaptarse a las cambiantes expectativas del consumidor
En la búsqueda constante de la omnicanalidad, el "Uno para todos y todos para uno" vuelve con una fuerza renovada. Esta forma de organización y sus equipos se convertirán en los arquitectos de una comunicación que trasciende los límites, basados en la diversidad, la innovación y la adaptabilidad en cada paso”.
