'¿Veinte años no es nada?'

El Periódico Publicidad celebra su 20 aniversario. Un número muy especial en el cual han participado más de cincuenta profesionales destacados con sus opiniones. Hoy le toca el turno a Celia Caño, directora general de Equmedia. ¡No te lo pierdas!

“Según el tango, veinte años no es nada. ¡Menuda mentira! Es cierto que pasan muy deprisa y, cuando miramos atrás, decimos eso de “parece que fue ayer…”. Pero la verdad es que, en veinte años, da tiempo a que sucedan un montón de cosas. Si yo os contara…

Pero estamos hablando de publicidad y ¿ hay otro negocio que avance más rápido? Durante las últimas dos décadas, nuestro sector y el mundo a nuestro alrededor han experimentado una transformación que resulta casi irreconocible: la tecnología nos lo ha trastornado/ cambiado todo. 

La cosa empezó con el 2000, la popularización de internet y el surgimiento de las redes sociales que revolucionaron la forma en la que medios, anunciantes y agencias nos relacionamos con los consumidores…¡Y con nosotros mismos! La publicidad online se convirtió en una poderosa herramienta para llegar a audiencias cada vez más amplias y específicas, y nos permitió una segmentación y personalización de los mensajes que nunca habíamos logrado anteriormente.

Esto condujo a la adopción de la publicidad programática, sus algoritmos y la automatización de los procesos. Comprar y vender espacios en tiempo real permitió a las marcas alcanzar a su público de forma muy eficiente y, por lo tanto, - “aparentemente”- optimizar sus inversiones.

Por supuesto, todo esto provocó una serie de cambios en el comportamiento del consumidor y ahora buscamos información y compramos en línea a cualquier hora del día gracias al ordenador que llevamos en el bolsillo. 

Las marcas tuvieron que adaptarse a esta nueva realidad, y las agencias de medios interpretamos para ellas este nuevo escenario, asumiendo que la publicidad dejó de estar centrada en la promoción de productos y servicios y debíamos generar contenido “propio”, relevante y ameno. El marketing de influencia ganó popularidad, y las marcas se asociaron con los llamados influencers para alcanzar audiencias muy específicas y, de paso, generar confianza y proximidad 

Por supuesto, todo tiene su cara B. A medida que la publicidad en línea creció, también aumentó la preocupación por la privacidad de nuestros datos y por la invasión de anuncios no deseados, el spam. Surgieron así los ad-blockers, y las dudas por el papel de los influencers y sus posibles conflictos de interés. Esto nos está obligando a las marcas y a las agencias a repensar nuevas estrategias y a crear contenidos cada vez de mayor relevancia y valor para los consumidores.

Como veis, parece una carrera de armamentos. Cada avance provoca reacciones en cadena que afectan al ecosistema entero. Y así seguirá siendo, cada vez de forma más acelerada.

Hoy mismo asistimos al auge imparable de las plataformas de streaming y de vídeo en línea (YouTube, Netflix y otras muchas) y somos testigos y coprotagonistas del nacimiento de potentes herramientas de inteligencia artificial que, sin duda, nos presentaran nuevas oportunidades y, con ellas, nuevos desafíos. 

¿Quién nos lo a iba decir hace veinte años? Ni Nostradamus lo vio venir. Pero, ¿qué queréis que os diga? La verdad es que me siento muy afortunada por estar viviendo todo esto en primera línea.

 ¡Qué suerte tenemos!”