'El alma'

El Periódico Publicidad celebra su 20 aniversario. Un número muy especial en el cual han participado más de cincuenta profesionales destacados con sus opiniones. Hoy le toca el turno a Agustín Elbaile, presidente de la Academia de la Publicidad. ¡No te lo pierdas!

“No va a servir de nada lamentarse. No va a servir de nada ponerse nostálgico, suspirar profundamente, y decir que, cualquier tiempo pasado fue mejor.

Nuestra profesión no nos lo permite, la publicidad debe solventar el problema hoy, y, si es posible, dejar el terreno abonado para que mañana el problema ya no nazca.

Pero lo cierto es que en sólo dos décadas, el anunciante ha demandado nuevas soluciones, el consumidor se ha vuelto infiel y crítico con las marcas y, para acabarlo de arreglar, los nuevos medios han irrumpido sin medida ni control, para desestabilizar a los existentes.

Hace dos décadas, Internet iba en pañales, andaba inseguro y las marcas seguían depositando su fe absoluta en los medios clásicos.

20 años después, una digitalización desbocada, una aplicación salvaje de la tecnología, una adoración obsesiva de la matemática, ha depreciado el valor de la creatividad, ha castrado el instinto y la frescura de una idea, mientras la Big Data ha enterrado definitivamente la inspiración.

Las ideas, cada vez se basan menos sobre las ventajas competitivas del producto, cada vez hablan menos de las bondades de la marca, cada vez hay menos emoción en dotarla de atributos, de valores.

Hoy, o tu marca cumple un rol social admirable, o estás muerto.

Hoy, el talento ha de ser reciclable, sostenible, ecofriendly, arco iris, local, próximo, transgénero, feminista, etc… todo por la marca.

Todo por la métrica.

Todo por el like.

Todo por el click.

Sería sano que, en lo posible, esa creatividad de las marcas, focalizada en la interactuación, diera paso a la construcción de valores a largo plazo, a story tellings memorables, a desenlaces demoledores que hicieran a tu propuesta imparable.

Hay que equilibrar la balanza de nuevo.

La publicidad se ha robotizado demasiado en sólo dos décadas, y para acabarlo de arreglar, aquí está, agazapada con la guadaña, la inteligencia artificial.

Sería bueno, que la esencia paseara de nuevo por nuestras neuronas, sería bueno, notarla en cada idea, en cada estrategia.

Sería bueno, poner el alma otra vez en búsqueda de la excelencia.

Los robots no la tienen”.