"Hay muy pocos casos en los que las mujeres ocupen un puesto significativo como creativas"

Silvia Velasco Praga, co-CEO en Be a Lion, responde las preguntas planteadas para la sección ‘Mad Women Power’ que el Periódico PublicidAD publica mensualmente en su revista impresa.

¿Cuáles han sido los principales escollos que ha tenido que superar para llegar hasta su actual puesto de trabajo?

Siendo honesta, creo no he tenido más escollos de los que hubiera tenido un hombre. Me siento afortunada porque en las empresas en las que he desarrollado mi carrera profesional no he percibido ninguna barrera por el hecho de ser mujer y las decisiones sobre mí han sido siempre objetivas y justas. En ese sentido, no he sentido nunca discriminación, aunque soy consciente de que no es la norma. Sin embargo, las promociones y la evolución en la carrera no deberían ser los únicos indicadores. Sí he vivido algunas situaciones y culturas corporativas muy masculinas, en las que las mujeres éramos una clara minoría y donde los comentarios machistas estaban a la orden del día. Es otro tipo de discriminación, más silenciosa y más profunda que todavía hoy -por desgracia- está presente en algunas empresas. Y creo que esta lacra no desaparecerá hasta que las mujeres ocupen el porcentaje de puestos directivos que nos corresponde.

Decir que a una mujer le cuesta más alcanzar un puesto de responsabilidad, ¿es demagogia o totalmente cierto?

Creo que es totalmente cierto. Aunque no lo he vivido en primera persona, los datos están ahí: en España, menos de un 40% de los puestos directivos están ocupados por mujeres. En nuestro sector, el de la publicidad, se observa una mayor presencia de mujeres en los comités de dirección de las grandes empresas pero en los puestos más altos -salvo alguna excepción- siguen siendo hombres. Las multinacionales van mucho más avanzadas pero en las empresas españolas la realidad es aún muy diferente y llamativa. Es verdad que estamos experimentando un cambio en los últimos años, pero aún queda mucho camino por recorrer.

Como en todas las crisis, en esta de la COVID, ¿vuelven a ser las mujeres el sector más vulnerable?

En mi opinión, las mujeres han sufrido especialmente, porque en muchos hogares siguen llevando el gran peso de la familia, además del de su trabajo. En ese sentido, el confinamiento fue durísimo para muchas mujeres, no hay duda. Pero, sinceramente, no diría que ha sido el sector más vulnerable, en comparación con los ancianos, las personas con menos recursos o incluso profesionales de más edad que han perdido su trabajo y que encuentran enormes dificultades para reinsertarse en el mercado laboral. Si nos referimos estrictamente a la destrucción de empleo, sí es cierto que en el caso de las mujeres ha representado el doble que en el de los hombres y que la crisis del COVID ahondó la brecha en el empleo que ya existía.

¿Ha notado algún tipo de discriminación salarial en los puestos en que ha desarrollado su labor profesional?

Personalmente no y en todos los puestos de responsabilidad que he ocupado tampoco la he observado, por suerte. Pero es algo que siempre me ha preocupado y por lo que he velado porque en los primeros años de mi carrera sí observaba una desigualdad importante, que en algunos casos llegaba a suponer un 30% de diferencia de salario en ciertos puestos. Lo que sí he podido constatar es la escasez de mujeres en algunas disciplinas de nuestra industria, además de en puestos directivos en general. Pese a que las mujeres somos mayoría, hay muy pocos casos en los que ocupen un puesto significativo como creativas, por ejemplo. 

¿Romper el llamado techo de cristal es posible o solo es un acto reservado a unas pocas?

Me temo que el techo de cristal sigue existiendo. Por fortuna, la sociedad y las empresas están evolucionando y ahora hay mucho foco en asegurar un porcentaje mínimo de mujeres en consejos de administración e incluso comités de dirección. El problema es que sigue habiendo escasez de mujeres para esos puestos y esto es debido a que aún hacen mucha falta iniciativas y foco en todos los niveles de las organizaciones. Si no tenemos suficientes mujeres que sean mandos intermedios y no fomentamos que se desarrollen, no tendremos directivas en el medio plazo. Trabajar sólo la parte alta del organigrama no es suficiente. 

En su caso particular, la famosa conciliación familiar, ¿ha sido posible a costa de qué?

La conciliación es otra gran asignatura pendiente que además debería afectar por igual a hombres y mujeres. Pero la realidad es que la inmensa mayoría de las jornadas reducidas son elegidas por mujeres y que siguen diferencias a la hora de afrontar las bajas por tener hijos. Creo que esto es algo que, sin embargo, ha empezado a cambiar con las generaciones más jóvenes y es un buen síntoma. En mi caso personal, la conciliación no ha sido nada fácil y ha sido a costa de horas de sueño y de tiempo para mí. Pero me considero una privilegiada, si lo he conseguido es gracias a que tengo mucho apoyo en el hogar y mucha ayuda familiar.