José Jaime Navarro, propietario de MainlandPress SL, nos trae en exclusiva un nuevo artículo de opinión. ¡No te lo pierdas!
“Dejando bien sentado que “anuncio que no promete nada, anuncio que no mueve a nada”, no confundamos motivación con motivo. Motivación es acción y efecto de motivar, tiene un sentido activo. Motivo, en cambio, es la cosa en sí, el deseo que se hace surgir cuando “se motiva”.
Si un anuncio recomienda, sugiere o “solicita” que la gente compre en su barrio, en la zona o en la ciudad, es un anuncio meramente informativo, no persuasivo. No motiva una conducta, deja al azar el que el consumidor saque sus conclusiones o no se moleste en ello. Un anuncio debe prometer la satisfacción de la necesidad mediante el producto o servicio. Cuando un anuncio dice, simplemente: “Para su calzado, crema Shoe”, será un dechado de laconismo, puede que tenga gran fuerza para el recuerdo y la asociación del producto a su utilidad, pero es poco ambicioso en cuanto a motivación. Para el anunciante, su objetivo es la venta, mucho más que el consumidor piensa en comprar.
La operación compra es, para el vendedor, un fin. Para el comprador, sólo un medio. La publicidad emplea poderosas apelaciones dirigidas a las necesidades del consumidor, a fin de que surja el deseo de consumir y, por ende, el de comprar. Hay un refrán español que dice: “Zapatero, a tus zapatos”. Si usted es fabricante, comerciante o autónomo, cuide del producto o servicio que conoce y deje al profesional del Marketing y de la Publicidad la comunicación de su negocio”.