Havas Media Network analiza el estado anímico de los españoles y sus comportamientos de consumo

Havas Media Network, junto con la consultora The Cocktail Analysis, presentan las principales conclusiones del estudio ‘Sensor: Taking the Pulse of Trends’ cuyos resultados conforman un interesante barómetro sobre el estado de ánimo actual de los españoles y su consiguiente reflejo en sus decisiones de compra.

En un contexto socioeconómico y geopolítico tan complejo como el que vivimos, donde la incertidumbre se ha instalado en nuestras vidas, desde Havas Media Network creemos que es clave contar con informes de este tipo que nos ayudan a conocer y entender qué siente el consumidor hoy día y cómo afronta este final de año”, afirma Dionisia Mata, Insights Director Havas Media Network España

MARCO EMOCIONAL

En este aspecto el estudio concluye que la mayoría de los españoles mantienen un relativo optimismo respecto su vida, aun conviviendo con un alto estrés y desgaste emocional, que afecta casi a la mitad de la población. Son conscientes del contexto adverso, pero a nivel personal la mayoría se sienten satisfechos con su vida, poniendo el foco en el autocuidado.

Pero, a pesar de este escenario general, una parte muy importante de los ciudadanos experimenta sensaciones vitales negativas como estrés, altibajos emocionales o pérdida de energía.

La percepción de tener éxito en la vida tiene un componente principalmente social y experiencial (relaciones familiares y amistades). En lo laboral prima la autorrealización y el control del tiempo.

SITUACIÓN ECONÓMICA Y RELACIÓN CON LAS MARCAS

Continua la dualidad persistente en la población detectada en la primera ola (abril 2023): por un lado, se registra un ‘optimismo cauto’ en la economía personal, valorada de forma positiva (apoyada en la sensación de estabilidad del empleo y los ingresos personales), frente al sentimiento de pesimismo e incertidumbre en relación con la situación económica del país. Por ello, la confianza del consumidor presenta altibajos, a pesar de la tendencia creciente durante el año 2022.

El marco inflacionario se instala en las expectativas de los consumidores: el 80% de los encuestados consideran que los precios seguirán subiendo, dato que impacta de forma directa en su relación y percepción de las empresas (un 82% entiende que han aprovechado para subir precios) y que aboca al consumidor a buscar alternativas: un 50% afirma que estaría dispuesto a cambiar de marca y producto en base a ofertas.

En relación con el gasto, de nuevo nos encontramos expectativas dispares en una sociedad cada vez más desigual: un 44% piensa que tendrá que reducir gastos, mientras que un 56% cree que seguirá igual o incluso los aumentará. Un 54% ahorra, pero también 1/3 estaría dispuesto a abordar desembolsos relevantes (vehículo nuevo, viaje, reforma o compra vivienda…) en los próximos meses.

El ahorro de los hogares aumenta como mecanismo de afrontar la incertidumbre, abriéndose una oportunidad para los productos financieros, ya que el 50% de los encuestados que ahorra no está invirtiendo ese dinero.

NOTICIAS, MEDIO AMBIENTE E IA

El sentimiento de la población respecto al tratamiento de la información pone de manifiesto un amplio consenso en torno a la saturación de noticias negativas y a la creciente desconfianza en la veracidad: el 70% piensa que se le da se les da más protagonismo que a las buenas noticias. Esta sobrecarga negativa, tan continuada en el tiempo, empuja a buena parte de la población a tomar distancia e intentar evadirse para mantener la estabilidad emocional (52%).

Por su parte, alrededor del 80% de la población es consciente de la situación crítica medioambiental que vivimos y la necesidad de actuar de forma inmediata para frenar el cambio climático. Rechazo mayoritario por lo tanto al negacionismo climático: sólo un 21% consideran que los efectos nocivos se están exagerando.

El estudio también ha consultado sobre un tema de gran actualidad como es la Inteligencia Artificial Generativa (IAG). En este sentido, se registra una alta notoriedad entre la población, pero con un bajo conocimiento detallado de la misma y un uso muy limitado (el 28% no sabe qué es y un 40% ha oído hablar, pero no tiene una idea precisa). Sobre su impacto social e individual se detecta un equilibrio entre efectos positivos y negativos, pero bastante incertidumbre: la tendencia es negativa a la hora de valorar el uso de la IAG sobre el empleo, pero esta se mitiga en su aplicación a expectativas personales.