El 89% de las telcos empiezan a explorar el potencial de la IA generativa

El modelo operativo de las redes de telecomunicaciones está cambiando rápidamente de uno gestionado por operadores humanos a otro autónomo en el que el software, con la ayuda de los datos y la IA, hace que la red sea cada vez más inteligente, rápida y eficiente.

Según el último informe del Instituto de Investigación Capgemini, se trata de un cambio fundamental en la forma de diseñar, desarrollar y explotar las redes, desde el paso de las redes analógicas a las digitales unas décadas antes. Las redes autónomas prometen gestionar esta complejidad y reducir costes operativos, mientras que también ofrecen beneficios en sostenibilidad.

En España destacamos que:

  • 2 de cada 3 empresas de telecomunicaciones (67%) operan con un nivel de autonomía de red 2, el más alto de todos los países, junto con Suecia y Francia. Teniendo en cuenta que el nivel 0 es el más dependiente y el 5 es una red autónoma.
  • 9 de cada 10 telcos (89%) han empezado a explorar el potencial de la IA generativa, muy por encima de la media global (57%), y el 86% ya lo está implementando para el tratamiento de incidencias complejas frente al 79% de la media mundial.
  • Las telcos encuentran varios obstáculos en su transición hacia una mayor autonomía de la red: desafíos culturales en términos de mentalidad del empleado (89%); integración de soluciones en las capas empresariales, de servicio y de recursos (67%) o casos de negocio insuficientes o ejemplos de implementación en los que basarse (67%).
  • Casi 8 de cada 10 organizaciones (78%) todavía no han establecido una hoja de ruta, ni nombrado a un responsable para implementar las redes autónomas dentro de la organización. Solo el 11% ha designado a un nuevo líder con una responsabilidad específica o adicional para este fin y el 22% tiene una hoja de ruta definida, aunque únicamente para los próximos 1 o 2 años.
  • Una gran mayoría de organizaciones trabaja sin una estrategia dedicada a las redes autónomas. El 60% aún no ha llevado a cabo la transformación; el 20% participa en iniciativas de redes autónomas, pero carecen de una estrategia específica a nivel organizativo y solo el 10% ha logrado una estrategia completa para la transición a redes autónomas, en comparación con el 36%, 40% y 17% de la media global. 
  • Las redes autónomas han aportado importantes beneficios: tecnológicos (mayor escalabilidad y flexibilidad en la gestión de la red, 67%); relacionados con el cliente final (mejora de las capacidades, 67%) y en términos de sostenibilidad (incremento del ahorro energético, 78%).