64% de la población mundial piensa que la economía está amañada para dar ventaja a las personas más ricas y poderosas

Este 2022 ha sido un año muy intenso políticamente hablando a nivel global, en el que se está poniendo a prueba la fortaleza de los sistemas democráticos y económicos. Ante el contexto convulso e incierto, en el que la economía vuelve a cobrar un protagonismo capital en la agenda informativa por la crisis en ciernes, Ipsos ha querido analizar, un año más, con su estudio “Broken-System Sentiment”, el estado del sistema que impera en 28 países del mundo.

El Índice del Deterioro del Sistema es un indicador que pretende medir la magnitud del sentimiento antisistema. Para ello, Ipsos ha desarrollado una métrica compuesta revisada por expertos y basada en el nivel de acuerdo o desacuerdo con cinco afirmaciones. Lo primero que se percibe de este estudio, al ver los datos globales, es que cuatro de las cinco afirmaciones reciben un apoyo, de media, de más de la mitad de la población mundial. Lo segundo destacable es que esos cuatro datos han mejorado respecto al año pasado, de lo que se desprende que el sentimiento antisistema a nivel global es mejor que hace un año.

De media, un 64% de la población mundial piensa que la economía está “amañada” para dar ventaja a las personas más ricas y poderosas, aunque es 7 puntos menor al porcentaje de hace un año, lo que puede denotar una mayor confianza en la gobernanza económica de los países. En España, esa percepción es más baja aún, ya que algo más de la mitad de la ciudadanía (57%) apoya esa tesis, y al igual que la tendencia global, es una cifra que cae 8 puntos respecto a 2021 y una tendencia que se arrastra desde incluso antes de la pandemia, ya que en 2019 ese porcentaje era 20 puntos más (77%)

Por otro lado, de media, un 63%, 5 puntos menos que en 2021, afirma que a los partidos tradicionales y a los políticos no les importa la ciudadanía, algo que comparte en España un porcentaje de personas casi similar (61%). De nuevo, viendo la tendencia de los datos, se observa que esta también es una tendencia a la baja desde 2019, cuando el porcentaje era notablemente superior, llegando al 75%.

Muy en línea con esta idea, se encuentra la opinión sobre los expertos, que suelen ser personas que asesoran a los partidos y políticos. A nivel internacional, el 59% de la gente piensa que este colectivo no entiende la vida de la gente “de a pie”, un porcentaje igual al de España, y que también mejora respecto al año pasado en ambos casos, con seis puntos menos, y con 12, en el caso de España si nos remontamos a 2019.  

Otro de los aspectos que el estudio analiza es el ámbito del liderazgo político con dos de las cinco afirmaciones que comentábamos. Si las cuestiones anteriores intentaban definir la percepción de la gente ante la situación social, económica y política actual, estas dos cuestiones se plantean a modo de solución a esa situación: ¿las sociedades necesitan otro tipo de líderes para ser mejores? De media, a nivel global, 6 de cada 10 personas así lo creen, aunque de nuevo vemos como este dato es cinco puntos más bajo que en 2021. España presenta un dato muy similar a la media global (55%), aunque también menor que el año pasado (-7 puntos), situándose así entre los cinco países europeos, de los once analizados, que menos apoyan esta idea.

Y, ¿cómo tiene que ser ese líder para que las cosas mejoren? Cuando se pregunta si ese líder tiene que estar dispuesto a romper las reglas, ahí es cuando la gente a nivel global no muestra un apoyo generalizado, siendo el único indicador de los cinco, que no recoge el apoyo de la mitad de la población (45%). Por su parte, la ciudadanía en España es de las que menos de acuerdo está con que se necesite un líder fuerte dispuesto a romper con lo establecido, situándose entre los países europeos que menos apoyan esta idea (33%), solo por detrás de Alemania (29%) y Suecia (27%). Aunque es cierto, que este porcentaje es el único que aumenta respecto a 2019, pero con un aumento sin mucha trascendencia (+3 puntos).

Según José Pablo Ferrándiz, Director de Opinión Pública y Estudios Políticos de Ipsos España: “Las diferentes y consecutivas crisis que nos han asolado en las últimas décadas han dejado a su paso un aumento de las desigualdades sociales y un elevado recelo respecto de muchas de nuestras instituciones, principalmente de las políticas. Aunque el sentimiento antisistema en España se ha ido reduciendo paulatinamente desde 2016, año en que se llevó a cabo la primera toma de datos, no hay que perder de vista que el porcentaje de españoles que se muestran de acuerdo con cuatro de las cinco afirmaciones que configuran este índice sigue siendo mayoritario. En todo caso, los datos del estudio indican que tras la celebración de elecciones generales el sentimiento antisistema disminuye, así ha ocurrido en la mayoría de los países analizados que han celebrado comicios en comparación con los que no; es decir, los procesos electorales tienen un efecto catártico y de conciliación con el sistema. El año que viene celebramos en España elecciones municipales, autonómicas y, probablemente, generales, veremos si tras su celebración también disminuye en nuestro país el actual sentimiento antisistema; aunque, lo más interesante será ver cómo este clima social incide en los resultados electorales. ¡Lo analizaremos!”