Todo lo que capturamos en las películas Polaroid representan un gran paralelismo con la vida real. La receta de la química de la película mezclada con la visión de un fotógrafo y un entorno impredecible, ayuda a crear una imagen única en la que los defectos se celebran y la perfección deja de existir.
Es entonces cuando la vida real se convierte en algo maravillosamente imperfecto, impredecible y desordenado. Con colores que no puedes controlar, puntos y marcas indeseadas. Es salvaje y bella tal y como es.
A través del objetivo de 15 fotógrafos procedentes de Estocolmo hasta Irán, Polaroid celebra cuatro verdades que se encuentran en la conexión entre la vida real y las imágenes Polaroid.
