Cómo crear el logo perfecto fácilmente

La importancia de los logos en nuestros días a la hora de reconocer una empresa es fundamental. Para comprobarlo, basta con que le eches un vistazo a la pantalla de tu Smartphone, en la que seguramente tendrás unos logos de numerosas aplicaciones ampliamente conocidas como Facebook, WhatsApp o Gmail. Si pensamos un poco más en profundidad, veremos como ese logo no solamente sirve para recordar a esa empresa, sino también para que la identifiquemos fácilmente frente a otras, aportando, además, una serie de valores y elementos que nos permiten reconocer a la compañía en cuanto vemos su logo por primera vez. 

Por eso es fundamental que, a la hora de crear tu logo, tengas en cuenta no solamente los aspectos gráficos más clásicos sino también el mensaje que transmite el mismo. Todos estos elementos deben alinearse adecuadamente con la imagen que deseas ofrecer de tu empresa como su cultura, sus valores y el resto de parámetros que componen su imagen corporativa. 

Para que no te resulte complicado lograr este objetivo, te explicamos cómo y qué aspectos debes tener en cuenta durante el proceso. 

Análisis previo

El diseño de un logotipo para una empresa surge de la necesidad de la misma de establecer su imagen y su identidad corporativa. Por eso, el primer paso a la hora de crear fácilmente tu propio logo es determinar cuál es la identidad de nuestra compañía y qué valores queremos explicitar con él. Recordemos que el uso de ciertos elementos tales como los colores, las tipografías y los diseños pueden dar a nuestro logo una imagen más moderna o más clásica, aportar confianza y agregar otros parámetros propios de nuestra cultura empresarial. 

Cuando hayamos determinado cuáles son los valores que queremos que nuestro logotipo muestre a los consumidores, será el momento de pasar a la etapa de análisis puramente dicha. Durante esta fase, usaremos los resultados de ese análisis como qué elementos gráficos pueden encajar y representar mejor a nuestra compañía. En esta tarea pueden sernos útiles los logotipos de la competencia, obviamente no para copiarlos, pero sí para servirnos de referencia respecto a las últimas tendencias al respecto. También es interesante realizar una lluvia de ideas, en la cual el equipo creativo aporte todo lo que considere oportuno respecto a cómo plasmar los valores de la empresa en ese logotipo. 

Creación del boceto

En este paso vamos a transferir esas ideas abstractas que hemos acumulado durante la etapa de análisis en las primeras imágenes gráficas dignas de tal nombre. Durante esta fase se recomienda filtrar aquellas ideas que no tengan la calidad adecuada para encajar en la imagen de la empresa y quedarnos con los elementos del logo que más nos hayan gustado o los que más atractivos puedan resultar a los usuarios. Obviamente, esta parte va a requerir de numerosas pruebas y ensayos, siendo además interesante mantener una mentalidad abierta y que no nos coartemos a la hora de experimentar con diferentes elementos. Dejar volar la imaginación y la creatividad siempre es una buena idea, especialmente en aquellas empresas que quieran dar una imagen más moderna. 

A medida que vayamos evaluando ideas y lanzando elementos, iremos viendo cómo estos empiezan a encajar de una cierta manera. Este sería nuestro primer objetivo, ir buscando un boceto o modelo de ese primer logo que nos resulte interesante y con el que podamos seguir trabajando. De todos modos, conviene mantener el proceso abierto para que, si durante las siguientes fases ese boceto inicial no acaba de encajar, podamos volver a la mesa de diseño y tomar una vía diferente. 

Digitalización del boceto

Llegados a este punto, tenemos nuestro primer diseño en papel es momento de pasarlo a formato digital. Este paso es fundamental para incorporar a la imagen el resto de elementos necesarios para complementar el mismo y también de cara a los futuros procesos de impresión y uso digital de la imagen. Para este proceso contamos con una gran variedad de herramientas profesionales como Adobe Photoshop o Adobe Illustrator, aunque también existen herramientas gratuitas para tal cometido. 

El color y los toques finales

Aunque es probable que durante la fase de boceto hayamos pensado ya en los colores para nuestro logotipo, una vez que hemos superado la fase de digitalización es momento de darle a nuestro proyecto el toque de color necesario. Es importante tener en cuenta que los colores no solamente implican imagen, sino que también vienen asociados a una serie de valores específicos. Así que deberemos tener en cuenta el sector y el público objetivo al que se dedica nuestra empresa antes de colorear por completo nuestro logotipo. 

En cuanto al número de colores a utilizar, la tendencia de las grandes marcas es que sus logotipos tengan un solo color o, como mucho, dos. Pensemos que muchas veces estos logos se imprimen en papel y en otros documentos y aquellos diseños que cuentan con muchos colores y degradados no siempre se ven bien. 

En paralelo a este proceso de coloreado también aprovecharemos para dar a nuestro logotipo los toques finales con los que mejorar su presencia. Hablamos de pequeños retoques que puedan surgir una vez que tenemos el logo coloreado y que consideremos que resulten interesantes para mejorar su imagen, aunque la idea es que a estas alturas los cambios deberían ser mínimos.

Adaptación del logo

Una vez que tenemos almacenado el formato definitivo de nuestro logotipo es momento de adaptarlo a los diferentes usos que sean necesarios. Pensemos que nuestro logo va a estar impreso en nuestros documentos internos y en folletos de publicidad, pero también es posible que queramos hacer un cartel físico para la sede o la oficina de la empresa e incluso que queramos incluirlo en roll-ups y otros elementos publicitarios. 

Para conseguirlo, es necesario ajustar el tamaño del logo a las necesidades específicas de cada proyecto, ajustando el tamaño y la resolución para que el resultado final sea siempre óptimo. La buena noticia es que las diferentes herramientas informáticas que hemos mencionado antes nos permiten adaptar esos tamaños de manera sencilla y sin pérdida de calidad, lo que resulta clave para evitar pixelaciones y otros defectos a la hora de imprimir en gran formato logos de un tamaño reducido.