José Jaime Navarro, propietario de MainlandPress SL, nos trae en exclusiva un nuevo artículo de opinión. ¡No te lo pierdas!
"La publicidad es ante todo información y persuasión. Para lograr los objetivos publicitarios, hay que basarse en los principios de Atención, Interés, Deseo y Acción. No descubro nada nuevo. Ahora bien, habrá que tener en cuenta las siguientes cuestiones básicas:
1. Sencillez. La argumentación ha de ser especialmente sencilla si se dirige a todos los segmentos de la población.
2. Sinceridad. La sinceridad produce una imagen de seriedad, garantía y confianza en la marca y en los productos.
3. Originalidad. Para llamar la atención y crear interés, el anuncio debe ser original. Esta originalidad debe extenderse a todos los aspectos que componen el mensaje publicitario (diseño, texto, etc.)
4. Oportunidad. Se debe escoger el tema, momento, medio y argumentación adecuados.
5. Reiteración. Para que un mensaje sea eficaz se debe repetir varias veces. Así se consigue la recordación del mismo.
Sería absurdo aplicar la estrategia publicitaria de los años 50. Ni siquiera en los países del tercer mundo funcionaría. Pero muchos de los mensajes transmitidos en prensa o televisión, no se perciben ni con la creatividad de hace setenta años ni con los mensajes presuntamente “progresistas” de este siglo. Y el anunciante no está para perder eficacia ni dinero.
David Ogilvy ofrecía una reglas para crear un comercial de televisión. 1. Evitar introducciones confusas, empezar a vender la idea desde el principio. 2. Hacer que la imagen cuente la historia, de forma que el mensaje pueda transmitirse sin sonido. Las palabras sólo deben reforzar la imagen. 3. Dar un toque de singularidad. El tele espectador está sujeto a una saturación de spots durante todo el año. 4. Presentar el problema y luego mostrar cómo el producto lo resuelve. 5. Mostrar el producto: su envoltorio, cuantas veces sea posible y repetir la marca. 6. Evitar vulgarizar situaciones. 7. Evitar utilizar multitudes, salvo en casos extremos. La pantalla del televisor es demasiado pequeña para esta clase de escenas y para tomas a distancia.
Toda esta introducción es lo que haría un Técnico de Publicidad. Sin embargo, hay agencias y, lo peor, ejecutivos de la empresa anunciante que toman la decisión de aprobar la campaña, como el Director de Marketing o el Brand manager, que se olvidan del ABC de la creatividad expuesta, y comunican mensajes ambiguos de difícil comprensión, incluso para el target al que presuntamente se dirigen. Consumen el tiempo de introducción del comercial con imágenes que no dicen nada, esperando que la locución siguiente aclare de qué producto estamos informando, para cerrar con un slogan que debería ser la propuesta de compra y que finaliza sin saber realmente qué se está anunciando. Si a esto añadimos el exceso de textos y audio en inglés, no creo que el interés (la atención ya está asegurada en televisión) por recordar la marca consiga el deseo de compra. Ofrecer originalidad no es provocar un rechazo en la mente del consumidor.
“Yo encuentro la televisión bastante educativa, cuando alguien la enciende en casa, me marcho a otra habitación y leo un buen libro”. Groucho Marx ".