Disney ha dado un giro de 180 grados a su estrategia sobre metaverso esta semana, al despedir al equipo de alta tecnología formado por el anterior CEO Bob Chapek el año pasado. The Mouse House, como tantas otras empresas, está reajustando sus prioridades, alejándose de las arriesgadas apuestas en la realidad extendida y centrándose más en sus productos básicos de streaming de vídeo, parques y películas, en medio de una economía difícil.
Con esta medida, The Walt Disney Co. se convierte en la última gran empresa de medios de comunicación en distanciarse del metaverso, dejando que el mundo de la publicidad se pregunte qué es lo próximo y qué salió mal. La retirada es otro golpe al optimismo inicial, que algunos han calificado de ruido publicitario, que alimentó el interés por la Web3 en los dos últimos años.
"Metaverso", como "NFT" y "cripto", se han convertido en una palabra mancillada en algunos círculos. El espectacular colapso del criptointercambio FTX puso de manifiesto la naturaleza no regulada de las criptodivisas. Las NFTs, los activos digitales impulsados por los pagos criptográficos, se han visto manchadas por frecuentes estafas y una utilidad cuestionable. Y el metaverso, a pesar de toda la atención que suscitó cuando Meta cambió su nombre de Facebook en 2021, nunca ha terminado de despegar.
