Agricultura es partidaria de no regular la publicidad de alimentos insanos para niños

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presentó a finales de 2022 el Plan Estratégico Nacional para la reducción de la obesidad infantil y se comprometió a “atajar” ese problema. El plan incluye muchas medidas para combatir las enormes tasas de sobrepeso (cuatro de cada diez niños lo padecen, según el Ministerio de Consumo), entre ellas “desarrollar regulación del marketing de alimentos y bebidas”. Consumo, en manos de Unidas Podemos, tiene preparado desde el pasado julio un decreto para prohibir la publicidad de alimentos y bebidas insanos dirigida a niños y adolescentes en televisión y redes sociales, que no se ha aprobado todavía, según el ministro Alberto Garzón, por “diferencias” con el PSOE.

Este jueves, el ministro de Agricultura, Luis Planas, se ha mostrado partidario de la “autorregulación” del sector —una medida que lleva en marcha casi dos décadas—, lo que confirma las reticencias de su departamento a la norma, que ha soliviantado a la industria alimentaria. El ministerio confirma a EL PAÍS esa posición: “Los mecanismos de autorregulación y corregulación pueden ser más efectivos que los prescriptivos en el ámbito de alimentación”.

Más tarde, fuentes del departamento matizaban: “El ministro respondió a una pregunta sobre la publicidad de los helados. No somos partidarios de prohibir, de forma categórica, la publicidad de una categoría de producto sin tener en cuenta su composición y contenido nutricional”.

Los niños y jóvenes españoles reciben unos 4.000 impactos publicitarios al año de alimentos y bebidas insanos tan solo en televisión, según un recuento de Miguel Ángel Royo-Bordonada, profesor de la Escuela Nacional de Sanidad y uno de los mayores expertos en el tema. En la actualidad, ese sector se autorregula con el Código Paos, un conjunto de reglas éticas voluntarias lanzado en 2005, que la mayoría de nutricionistas y expertos en obesidad infantil consideran que no funciona.