Tras presentar su nuevo posicionamiento estratégico, crear cultura para crear impacto, la consultora especializada en sostenibilidad 21gramos amplía su proyecto con una nueva área de negocio de creatividad bajo la marca Svalbard. Esta vertical, que nace como una agencia independiente, cuenta con la dirección creativa de Nico Ordozgoiti y con la firme convicción de ayudar a las marcas a hacer publicidad honesta para contribuir a la regeneración del sistema.
No es blablablá, es Svalbard
La agencia toma el nombre de Svalbard, un archipiélago noruego cercano al Polo Norte en el que se encuentra el depósito de semillas global. Un lugar especial que aspira a recoger todas las especies vegetales del mundo para que, en caso de colapso, seamos capaces de regenerar la vida y el planeta. Un síntoma de peligro, pero también de esperanza.
Este símbolo ilustra a la perfección el espíritu del equipo de la nueva agencia, radicalmente convencido de que otro futuro más regenerativo es posible si las empresas rompen las dinámicas y comunican su desempeño en sostenibilidad de manera honesta.
«Conseguir esta transformación es más necesario que nunca y por eso, desde Svalbard, queremos poner a disposición de las marcas un talento creativo capaz de generar campañas memorables basadas en buenas ideas, pero siempre desde la honestidad y solidez. Creemos firmemente que un buen producto creativo no va reñido con la necesidad de comunicar la sostenibilidad. Se puede hacer buena publicidad sin caer en el greenwashing, que ya no convence a nadie», apunta Nico Ordozgoiti, director creativo ejecutivo de Svalbard.
Crear cultura para crear impacto
Svalbard viene a acompañar a las marcas valientes que están dispuestas a repensar la manera en que se relacionan con la sociedad y el planeta y promover la comunicación en positivo. Una convicción que se enmarca en el recién estrenado posicionamiento de 21gramos, Crear cultura para crear impacto que, en tiempos de polarización, pone el foco en la necesidad de fomentar la cultura de la sostenibilidad desde el rigor, la creatividad, la consciencia y el objetivo compartido de regeneración.
«La cultura, como el verbo cultivar, nos vincula con la tierra, pero también define el modo en que nos comportamos, pensamos, creamos y nos proyectamos como grupo social. Porque la cultura es lo que está en los museos y lo que se vive en las calles, es lo que permanece cuando todo alrededor cambia y lo que creamos de manera original; es la música que escuchamos, pero también el humor que nos hace reír, son los memes en redes sociales y las obras maestras de la literatura. Y la publicidad también es parte de la cultura que habitamos», explica Marta González-Moro, CEO de 21gramos.
