Vuelve el reparto con caballos junto con Ambar 1900

Continuando la celebración de su 120 aniversario, Ambar reedita su cerveza Ambar 1900 con la primera fotografía tomada de sus trabajadores en 1903, tres años después de que se inaugurase su fábrica. La nueva etiqueta a dos colores, verde y blanco, reproduce la fotografía de la plantilla, convirtiendo la botella de Ambar 1900 en un homenaje al año que la cervecera comenzó su andadura.

Una nueva botella que trae consigo además la recuperación de la icónica narria de La Zaragozana, que será la encargada de hacer el primer reparto de Ambar 1900 en la capital aragonesa. Así, las nuevas Ambar 1900 serán repartidas a una veintena de bares y restaurantes de Zaragoza en una narria tirada por dos equinos de raza “shires” de más de 800 kilos. El reparto se llevará a cabo los días previos a la festividad de San Jorge: los días 20, 21 y 22 de abril.

La narria, otro pilar en la imagen de Zaragoza y de Aragón La narria cervecera de La Zaragozana es una tradición recuperada en el año 1995 que ha recorrido más de 50 pueblos y ciudades de Aragón y de España. Ahora, con motivo del 120 aniversario de Ambar, recupera su función original de reparto de cerveza desde la fábrica en el barrio de San José a las calles del centro de Zaragoza. Durante los últimos años, la narria ha realizado más de 8000 servicios, pero con otros cometidos. Ha paseado a más de 150.000 personas, ha sido escenario de teatro, participado en recreaciones de cine y celebraciones deportivas. También ha acogido pregones festivos y trasladado a invitados y representantes de la vida cultural y social, además de colaborar con asociaciones, ayuntamientos y diferentes ONG.

Sus caballos, que han sido 12 a lo largo de este tiempo, son nombrados por los niños, y recordados por aquellos que un día lo fueron. Como curiosidad, son del mismo ganadero que provee la cuadra de la Reina Isabel II de Inglaterra. En estos últimos 25 años, comieron más de 500.000 kilos de pienso y heno y en invierno 50000 kilos de bagazo, el subproducto resultante de la cocción del mosto cervecero. Estos hermosos percherones han calzado en sus patas más de 4000 herraduras hechas a mano. Ahora, durante tres días, volverán a realizar su función histórica: la del reparto de cerveza.