El anuncio, lanzado por Volkswagen en Australia, forma parte de la campaña «Let’s go for a drive», que orbita en torno a la alegría emanada del mero hecho de conducir (aunque no haya necesidad de ponerse a los mandos de un automóvil).
Protagoniza el spot un afable farero que trabaja y vive en una pequeña y remota isla donde no necesita en realidad conducir, pero que se pone con inmenso placer al volante de su Volkswagen (y casi parece que es esta experiencia la que instila algarabía a su cotidianeidad, tan rutinaria como tediosa).
El anuncio, que por la universalidad de lenguaje visual podría lanzarse perfectamente en tierras europeas, ha sido dirigido por el reputado director Steve Rogers de la productora Revolver. Y está asimismo apuntalado por acciones de publicidad exterior y con el foco puesto en los canales digitales y en las redes sociales. DDB ha sido la agencia creativa encargada en realizar la acción.
