Ver a los hijos marcharse de casa para independizarse es un desafío emocional mayúsculo para los progenitores, que deben bregar con el denominado (y lacerante) síndrome del nido de vacío. Este temido síndrome es, no obstante, mucho más llevadero metiendo en la ecuación a IKEA. O así lo sugiere al menos la multinacional escandinava en un spot estrenado recientemente en tierras alemanas.
El anuncio lo protagonizan un padre y una madre que ven partir del hogar familiar a su amada hija, que se dispone a vivir en un apartamento compartido junto a sus amigos. A los progenitores les duele en el alma tener que decir adiós a su hija después de casi dos décadas conviviendo con ella bajo el mismo techo.
Sin embargo, cada final trae consigo un nuevo comienzo. Y en torno a los nuevos comienzos (propiciados por la magia de IKEA) pivota precisamente el nuevo spot de la agencia Thjnk para la marca sueca.
