¿Una nueva normalidad? Sí, pero sostenible

Desde el comienzo de la Pandemia el equipo de Research de MediaCom está siguiendo al detalle cómo afecta el COVID-19 a los ciudadanos y a las marcas y qué implicaciones reales tiene en el consumo según avanzan fases y con ellas los sentimientos. Estas son algunas de las principales conclusiones del mes de junio.

LOS MILLENNIALS

Los Millennials, la generación marcada por la crisis económica del 2008 cuando estaban a punto de incorporase al mercado laboral, ahora con la crisis causada por el COVID-19 vuelven a ver muchos de sus sueños frustrados. Siempre han sido soñadores pero luchadores, viven plenamente, pero saben también que hay que luchar para conseguir lo que uno quiere. Con una mezcla de peso racional y emocional en sus decisiones, no les queda otra que estar abiertos al sacrificio para alcanzar sus objetivos. No por nada son la generación más formada y están determinados a ser los autores de su propia vida.

Ahora que los Millennials ya veían que su vida por fin iba encaminada, gran parte de ellos ya avanzados bien en los treinta, con trabajos más o menos estables y empezando a formar una familia, les toca vivir una crisis sin precedentes. Por esto no sorprende que según datos de GWI son de los más preocupados con la crisis del COVID-19 en España (64%), solamente superados por los Baby Boomers. Y solamente un tercio (35%) de ellos se muestra optimista al pensar que el país superará esta crisis del coronavirus. Son la generación que más está viendo su situación laboral impactada por ERTEs, en consecuencia, son los que más creen que sus financias se verán afectadas (56%).

Ya que saben que su economía nuevamente volverá a sufrir, por lo que al venir ya de una crisis son precavidos y están posponiendo las grandes compras (79%), pero muchos ya están empezando a tirar de sus ahorros (35%). Dada esta situación y también por su momento vital, son los que más están retrasando compras de mayor gasto como muebles para el hogar (20%) y coches (19%). Pero al mismo tiempo son lo que más prioridad darán a estas compras una vez que se haya superado el brote del virus en España.

No son los verdaderos nativos digitales, un puesto ocupado por la generación Z, pero tampoco pueden vivir sin internet y viven pegados a sus smartphones. De hecho, son la generación que más mantendrá algunos hábitos digitales adquiridos durante el confinamiento: mayor uso de compra online (33%) y teletrabajo (26%). Los que más comprarán online es ropa (27%), siendo aquí solamente superado por los Z (31%), seguido de electrónica (22%), smartphones (19%), alimentación (19%) y productos de cuidado personal (18%), superando las otras generaciones en todas estas categorías.

Otra característica fundamental de los Millennials es su pasión por los viajes – la mitad (50%) los retomará una vez se sientan seguros, seguidos por los que tengan estabilidad laboral y financiera (28%). Estos son los factores claves por los que de momento no priorizarán los viajes internacionales y se centrarán en vacaciones en el área regional o nacional, una tendencia clave este año en el sector turístico.

¿UNA NUEVA NORMALIDAD? SÍ, PERO SOSTENIBLE

Con la pandemia, el mundo en el que vivimos se ha parado drásticamente y el silencio se ha apoderado de las ciudades en donde estábamos acostumbrados a un ruido constante de coches, construcción, personas, aviones…Ahora, con el fin del estado de alarma se comienza a recuperar el ruido. Desde MediaCom han observado a lo largo del confinamiento cómo estos cambios han impactado de forma positiva al medio ambiente. Observamos un cielo despejado como nunca antes habíamos visto, respiramos un aire más limpio y saludable debido a la reducción de los niveles de contaminación, que ha alcanzado una caída del 58% entre el 14 de marzo y el 30 de abril respecto a los niveles habituales de NO2…

Esto junto con la oportunidad por parte de los ciudadanos de reflexionar durante el confinamiento, han hecho replantearse la importancia de mirar a un futuro con sostenibilidad medioambiental y de mayor responsabilidad individual de la que somos ahora más conscientes.

El 73% de los españoles considera que el cambio climático será un problema tan grave como actualmente consideramos la pandemia, por lo que son muchos los que exigen a sus gobiernos que desarrollen, dentro del plan de recuperación económica, acciones en las que también se tenga en cuenta el cambio climático (62%). (Fuente: IPSOS)

Así pues, varios aspectos relacionados con el medio ambiente han adquirido una mayor importancia durante estos últimos meses, como el hecho de que las compañías tengan comportamientos más sostenibles (66%). También los consumidores están dispuestos a cambiar su comportamiento: observamos cómo va ganando importancia reducir la utilización de plásticos de un solo uso (65%) y rebajar la huella de carbono (65%). Además, para casi un 40% de consumidores los productos y servicios respetuosos con el medio ambiente son más relevantes que antes, y parece debido a la experiencia del coronavirus. (Fuentes: GWI, Kantar)

Sin embargo, a veces somos un poco incongruentes con nuestros pensamientos y todo queda en una simple intención. Es evidente el aumento en estos últimos meses del uso de mascarillas desechables y guantes de plástico, que al final nos demuestra que aún nos queda un largo camino en cuanto a sostenibilidad medioambiental se refiere. Es muy positivo ver cada vez más mascarillas reutilizables en el mercado, con un 76% de la población que afirma que buscará alternativas sostenibles de protección, por ejemplo, mascarillas de tela con filtro adicional (Fuente: IPSOS).

Lo que el confinamiento nos ha demostrado es que cada uno podemos contribuir de forma individual al bienestar colectivo. Quedarnos en casa para frenar la curva de los contagios fue clave y del mismo modo, en la lucha contra el cambio climático, cada pequeña acción a nivel individual suma.

¿CÓMO ESTÁ AFECTANDO A LA MOVILIDAD EL COVID-19?

La actual situación sanitaria producida por el coronavirus ha dado lugar a una serie de medidas y recomendaciones que están afectado a la movilidad de toda la población. Durante el estado de alarma, nuestros desplazamientos se habían visto afectados dramáticamente. Ahora que todo el país se encuentra en la ‘nueva normalidad’, los movimientos poco a poco volverán a los niveles habituales.

De hecho, si consultamos datos de movilidad como los de Apple Maps, podemos ver que los desplazamientos en coche ya están recuperando los niveles pre-Covid. Sin embargo, el uso del transporte público o el ir a pie aún están lejos de los niveles ‘normales’. Está claro que el aún alto nivel de preocupación por el coronavirus y el miedo a contagiarse causa que muchas personas todavía se encuentren en ‘modo seguro’– poco a poco vuelven a retomar actividades fuera del hogar–, pero prima la preocupación por la salud. Datos recientes de YouGov demuestran que en España la gran mayoría, un 77%, aún evita lugares concurridos en el espacio público y un 22% aún evita ir al lugar de trabajo, manteniendo de momento el hábito del teletrabajo incluso más allá del confinamiento.

A pesar de la nueva normalidad en la que nos encontramos, es muy probable que la desconfianza que surgió durante la pandemia hacia el transporte público y compartido continúe en el medio/largo plazo. El 60% de los españoles declara que en los próximo 3 meses limitarán el uso de transporte público y un 43% evitará los taxis y VTCs (Fuente: Deloitte). Conducir parece ser el modo de transporte más seguro, percibido como un refugio, donde te puedes aislar del resto, frente a la sensación de falta de espacio en los medios de transporte públicos o compartidos, donde es muy complicado mantener esta distancia de seguridad, a pesar de las medidas implementadas como el uso obligatorio de mascarillas y una mayor higiene.

Por lo cual, el coche es el transporte preferido por los españoles para moverse en este contexto de inseguridad sanitaria, por lo menos en el corto plazo. Pero también otros modos de transporte individuales se podrían ver reforzados como bicicletas o patinetes. De hecho, las ventas de bicicletas han vivido un auténtico boom y muchas tiendas han agotado existencias de los modelos más económicos desde que las tiendas han vuelto a abrir. Según cálculos de la industria, el incremento de ventas supera el 30%. Y muchos han sacado las bicicletas que tenían aparcadas en el balcón o trastero y las han llevado a arreglar – algunos talleres dicen que están reparando el triple de bicicletas–. Sin embargo, este mayor uso de la bicicleta en gran medida está impulsado por motivos deportivos, ya que para que sea un medio de transporte habitual aún se requieren muchas mejoras en las infraestructuras como carriles bicis.

De todas formas, los hábitos post-COVID-19 estarán muy influenciados por los medios de transporte usados antes de la pandemia: los propietarios de un coche privado de momento lo usarán más y los que antes usaban el transporte público buscarán alternativas como ir a pie o en bicicleta. El uso de vehículos compartidos (coches, motos, bicicletas, patinetes) dependerá de las medidas de higiene que las empresas puedan asegurar.