Llega a los cines en España ‘Ex machina’, una película de ciencia ficción que imagina un mundo en el que los robots piensan y sienten como seres humanos. Ante la controversia –y también preocupación- que la temática ha suscitado, así como la hipótesis de que lo que hoy es fantasía mañana podría convertirse en realidad en un mundo cada vez más informatizado, los responsables de la compañía norteamericana, Rocket Fuel, han analizado tanto las ventajas como los riesgos del creciente poder de la Inteligencia Artificial.

Rocket Fuel analiza la Inteligencia Artifial con el estreno de Ex Machina

Llega a los cines en España ‘Ex machina’, una película de ciencia ficción que imagina un mundo en el que los robots piensan y sienten como seres humanos. Ante la controversia –y también preocupación- que la temática ha suscitado, así como la hipótesis de que lo que hoy es fantasía mañana podría convertirse en realidad en un mundo cada vez más informatizado, los responsables de la compañía norteamericana, Rocket Fuel, han analizado tanto las ventajas como los riesgos del creciente poder de la Inteligencia Artificial.

El director Tecnológico de Rocket Fuel, Mark Torrance, especialista en Inteligencia Artificial por la Universidad de Stanford y el MIT, ha incidido en la necesidad de que las empresas y las personas se preparen para un mundo en el que las máquinas tengan mayor autonomía. “Algunos pensadores imaginan escenarios apocalípticos en los que la Inteligencia Artificial se propague sin control alguno, hasta el punto de superar la capacidad de la inteligencia humana. Estoy de acuerdo con algunos de estos expertos en que hay que empezar a planificar y a desarrollar una serie de protocolos y normas de actuación para los investigadores e inventores que trabajan con Inteligencia Artificial, para evitar que la ficción algún día se transforme en realidad.” 

Según el CEO de Rocket Fuel, George John, experto en lnteligencia Artificial por la Universidad de Stanford y ex científico de la NASA, no deberíamos estar preocupados mientras los sistemas basados en Inteligencia Artificial no tengan derecho a tener o controlar la propiedad sin la autorización y supervisión humana. “A modo de ejemplo, los robots de Rocket Fuel gastaron aproximadamente 175 millones de euros el año pasado, sin embargo, sabemos a qué se dedican, que no es más que comprar espacio en los medios, por tanto podemos confiar en que no van a destinar ese dinero a financiar algún tipo de rebelión de las máquinas”, comentó el ejecutivo.