¿Por qué mostramos socialmente una cara que no somos en la realidad?

Todos somos conscientes de vivir en una sociedad donde la exposición a las redes sociales, las tendencias, los medios… influye cada vez más en nuestra forma de vida, en cómo nos comportamos, y en cómo nos relacionamos. Sin embargo, pocas veces nos paramos a pensar si toda esa presión social afecta a nuestras opiniones, a nuestras actitudes o nuestros comportamientos. Incluso a la forma en la que nos expresamos y la cara que mostramos de nosotros mismos en nuestros entornos sociales habituales.

Y, hoy en día, más que nunca con la sobreexposición al mundo de las redes sociales, pocas veces nos cuestionamos si realmente somos esa persona que mostramos y exponemos en el mundo digital. Facebook, Twitter, TikTok… pueden mostrar una cara, que luego no es coherente con la realidad. Algo que se conoce desde hace tiempo como “deseabilidad social”, pero que en los tiempos actuales se ha acelerado a ritmos insospechados.

Para conocer esa burbuja entre el “yo social” y el “yo real”, Ballantine’s ha sometido a un grupo de personas a un experimento psicosocial, en el que cada uno de sus “yo” sociales se han enfrentado al verdadero “yo” real, reflejado en sus comportamientos privados, para averiguar si toda esa presión social puede llegar a modificar nuestra forma de ser, hasta casi dejar de ser nosotros mismos sin darnos cuenta.

Durante seis meses, Ballantine’s y Slap Global, aceleradora de negocios a través de la creatividad, han trabajado mano a mano en un proceso de exploración de las diferencias entre lo que las personas manifestamos en un contexto social y nuestro comportamiento real, individual y psicológico.

Una muestra incidental de más de cincuenta candidatos de la población general, fueron considerados para formar parte de este estudio. Después de un primer filtro, a través de test psicométricos sobre personalidad y emoción, se realizaron entrevistas personales a quince posibles participantes. El objetivo era identificar a los perfiles con mayor deseabilidad social.

Se trata de un fenómeno medible con test psicométricos orientados a conocer nuestro nivel de dependencia por lo que los demás puedan pensar de nosotros. Llegamos a modificar y alterar nuestro comportamiento en ámbitos sociales, en vez de actuar como lo haríamos realmente en privado, con el fin de gustar y encajar en el entorno que nos rodea. Sin darnos cuenta, perdemos las características esenciales que nos definen como la persona que somos, dejando de ser auténticos, aunque no nos guste escucharlo.