Ogilvy Barcelona se convierte en la primera agencia ‘plastic-free’

Ogilvy Barcelona se ha convertido en la primera agencia de publicidad plastic-free de la ciudad. A través de una iniciativa impulsada por empleadas, las reuniones cuentan con bandejas llenas de vasos de cristal y jarras de agua para empleados y clientes. Atrás quedan las botellas de plástico de un solo uso que se ofrecían hace solo unos meses, y es que la agencia es la primera de Barcelona que ha comunicado su intención de acabar progresivamente con el consumo de plástico de toda su plantilla.

Los vasos y las cucharillas de plástico han desaparecido de las máquinas de café y se han sustituido por artículos de materiales 100% reciclables y biodegradables. Se han eliminado también los botellines de agua para las reuniones y el uso particular, y han sido sustituidos por jarras y vasos de cristal. Las bolsas de basura de uso común son ahora biodegradables; y se ha prescindido de una máquina de zumo que solo podía dispensar recipientes de plástico. En su lugar, como alternativa, en las máquinas de vending se han incluido zumos envasados en bricks de cartón reciclable.

La iniciativa de convertir Ogilvy Barcelona en plastic- free surgió de cinco empleadas: Andrea Pozo, Laura Gouveia, Daniela De Paz, Anaïs Rubio y Marta Adam. Ellas ya habían eliminado los plásticos de su vida diaria y consideraron que sería buena idea plantear un cambio también en su entorno laboral. “Durante algún tiempo nos fijamos en el comportamiento de los empleados de Ogilvy y vimos que la mayoría de la gente usaba un vaso de plástico distinto cada vez que se levantaba a por agua o que compraba un café, y que, si se hacía un té, podía llegar a utilizar dos y tres vasos para no quemarse los dedos”, explica Laura Gouveia, diseñadora de User Experience (UX) y User Interfaces (UI) de Ogilvy Barcelona. “Llegamos a la conclusión de que no todo el mundo era consciente del problema que supone el consumo del plástico, y que nosotras podíamos ayudar a darlo a conocer y a plantear alternativas”, añade Andrea Pozo, project manager de la agencia.

Entonces, se pusieron manos a la obra: investigaron, buscaron ejemplos, imágenes y datos, compararon precios y ofrecieron alternativas para hacer el proyecto viable. Según Daniela De Paz, también diseñadora de UX y UI, “no solo se trataba de conseguir un compromiso a nivel corporativo, sino también de concienciar a cada empleado o empleada para que aplicara el cambio en su vida fuera de la agencia”.

Manifiesto ‘plastic-free

La iniciativa de convertirse en agencia plastic-free ha recibido el apoyo de todos los empleados que, además, han suscrito un Manifiesto en el que “como entidad partícipe de la sociedad, asumimos la necesaria responsabilidad de cuidar nuestra relación con el planeta y decidimos ser artífices del cambio y en el 2019 nos comprometemos a erradicar el uso del plástico dentro de nuestras oficinas, nuestra casa.

La agencia ha regalado a cada empleado una taza de cerámica reutilizable personalizada destinada al auto suministro en las distintas fuentes de agua ubicadas en las oficinas, y una bolsa de tela que tiene por objetivo extender el cambio en el puesto de trabajo, al día a día.

Apoyo de la dirección

La iniciativa de convertir Ogilvy Barcelona en una agencia plastic-free ha recibido desde sus inicios el apoyo de la dirección de la agencia. Jordi Urbea, director general, considera que este proyecto “es un buen ejemplo del ‘divino descontento’, un valor que nuestro fundador, David Ogilvy, consideraba imprescindible cultivar para trabajar en la agencia, ya que es necesario para conseguir nuevos retos”. Urbea considera que “este afán de superación incansable y de inconformismo nos ha llevado a todos los empleados de Ogilvy Barcelona a reflexionar sobre la sostenibilidad del planeta y a considerar que tenemos que inocular también el valor de la Conscious Evolution, entendido como una manera responsable de entender el futuro, respetando el planeta y promoviendo mejoras comunes a través de la creatividad”.Un problema global
El consumo de plásticos se ha convertido en un problema de contaminación global. La semana pasada, los diputados del Parlamento Europeo se pronunciaron mayoritariamente a favor de prohibir la venta de varios productos desechables (platos, cubiertos, pajitas y bastoncillos para los oídos) a partir de 2021. Los eurodiputados aprobaron la norma por una mayoría de 560 votos a favor, 35 en contra y 28 abstenciones. Según la Comisión Europea, cada año, los habitantes de la Unión generan 25 millones de toneladas de plástico, y de ellas, solo el 30% se recicla. La fundación Ellen MacArthur ya alertó del problema hace años: si no se toman medidas, en 2050 el peso total de los plásticos en los océanos será mayor al de sus peces; y es que se calcula que cualquier elemento de plástico tarda 450 años en biodegradarse a nivel molecular o no llega a hacerlo nunca.