Minerva Piquero, Head of Communication & PRDentsu Aegis Network España, analiza y comenta el Índice de la Sociedad Digital 2018 realizado por el grupo junto a Oxford Economics. Un estudio que identifica la naturaleza cambiante del compromiso social frente a la economía digital y las áreas de acción prioritarias para garantizar su éxito en el futuro de España.
¿Qué es economía digital? ¿En qué consiste?
Economía es todo lo que hacemos día a día, no solo las empresas o los gobiernos, sino también cada uno de nosotros individualmente como ciudadanos y consumidores. Es la manera en la que administramos nuestros recursos, cómo, cuándo y cuánto consumimos, es lo que demandamos y es la forma en la que producimos. Partiendo de esta base simple, ahora observemos el contexto. El mundo actual en el que vivimos, el desarrollo vertiginoso de las nuevas tecnologías y su rápida integración en una sociedad 100% digital, nos ha convertido en una sociedad permanentemente conectada y en constante transformación, donde todo, absolutamente todo, nuestro desarrollo profesional y personal, la forma en la que nos relacionamos y entendemos el mundo, desde antes de nacer, ya es digital. ¿Qué es la economía digital? Es el mundo en el que todos vivimos en este momento.
¿Cuál es la finalidad del estudio de Índice de la Sociedad Digital 2018? ¿Qué periodicidad tiene?
Con este estudio queremos demostrar que solo conseguiremos evolucionar a tiempo y aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan en esta nueva era si somos capaces de entender y escuchar. Las empresas, los gobiernos, las instituciones, y hasta los colegios y centros educativos en general, necesitan entender y escuchar a la sociedad digital. Creo que tenemos mucho que aprender de las generaciones digitales, porque es ahí de donde nace la necesidad de comunicación, y es desde ahí desde donde se marca el pulso de la economía digital. Este estudio nace con el objetivo de escuchar y aprender. Coloca un altavoz social y nos ayuda a comprender cuáles son las demandas, las dudas y las fortalezas de esta nueva economía digital, pero desde el punto de vista del ciudadano de a pie, del empleado y no de la empresa, de un cabeza de familia. ¿Qué periodicidad tiene? A la velocidad que se está transformando el mundo, no me atrevería a decir una fecha. Mi hijo tiene 11 años y ya tiene seguro que el coche que se compre de mayor podrá volar, que irá de vacaciones a un hotel que se construirá en la luna y considera que cargar la batería de un móvil que pesa y abulta mucho, es un atraso, cuando podríamos llevar el sistema de comunicación ya integrado con un microchip tras la oreja.
Hablan de que la actividad digital revolucionará el modelo de negocio tradicional, ¿cómo será esta revolución?
Ya estamos inmersos en esa revolución. Es un proceso disruptivo en el que todo es ya digital y quien tenga un negocio y no lo haya entendido se quedará atrás. No es lo mismo vender viajes o televisores que tomates. Y para una empresa que venda electrodomésticos es normal que la demanda y la urgencia por adaptarse y digitalizarse no sea la misma que para otra que venda tomates. Pero créeme, el que vende tomates también necesita comprender que sus clientes demandan y consumen en una sociedad digital y que no transformar su negocio le hará perder competitividad en el mercado al no ser capaz de comunicarse en el mismo idioma y con las mismas herramientas.
En líneas generales, ¿cómo es la situación de España en este sentido?
Muy positiva si la comparamos con otros países. Para que nos hagamos una idea, tres de cada cuatro españoles opina que el impacto de la economía digital será positivo en los próximos años y se traducirá en creación de puestos de trabajo o adquiriremos más capacidad para afrontar retos como la degradación del medio ambiente.
Además, en cuanto al compromiso digital, España se sitúa ligeramente por encima respecto a la cifra global. Mientras que en nuestro país es del 48%, la media del total de países estudiados es del 45%.
¿Cómo afecta el crecimiento digital en las tres dimensiones medidas (Dinamismo, Inclusión, Confianza)?
Para llevar a cabo la labor de medición del crecimiento digital, en la compañía hemos tenido en cuenta estas dimensiones que consideramos que hacen de este que sea sostenible e inclusivo:
- Dinamismo: se trata de valorar cómo las economías dirigen su crecimiento a través del sector de las TIC. En este sentido, podemos afirmar que España se ha esforzado mucho en los últimos años para que su sector TIC se base en un marco legal claro. Y eso, ha tenido sus frutos, ya que, junto con Alemania y Estados Unidos (33 y 32%, respectivamente), cuenta con un crecimiento en este territorio mayor (29%) que otros como Francia (18%) o Reino Unido (17%).
- Inclusión: cómo los ciudadanos están obteniendo acceso a la economía digital. Mientras que de media España se sitúa en el séptimo puesto en el crecimiento digital, en inclusión debemos hacer un esfuerzo por subir puestos, porque bajamos al 8º.
- Confianza: cómo la veracidad de los mensajes hace que los ciudadanos adquieran confianza en los sectores público y privado y si el impacto de las nuevas tecnologías será, en términos generales, más positivo que negativo. En este sentido, en España el 72% de los encuestados se muestra optimista y asegura que el impacto de la economía digital será positivo de 5 a 10 años.