Licenciado en económicas y empresariales, Ignacio Arregui García compagina la actividad laboral como diseñador gráfico y creativo con su pasión por la fotografía, que hace mucho tiempo dejó de ser un hobby para convertirse en su segunda profesión.
Esta primera exposición individual, ha sido posible gracias al impulso y apoyo de dos amigos Romo y Juan. "Queremos extender nuestro reconocimiento a todos los mecenas fotográficos pues, sin su generosa contribución, no hubiera sido posible esta muestra. Queremos expresar nuestra profunda gratitud a la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que hoy nos abre sus puertas, para acoger esta muestra que recoge un conjunto de imágenes, recuerdos y emociones capturadas durante la exploración de Madrid ciudad, como búsqueda puramente artística de una perspectiva única en la que el telón de fondo es el cielo", afirman.
El fotógrafo decide inmortalizar y compartir el atractivo urbano de edificios de Madrid, creando imágenes cautivadoras gracias a las formas y la luz. La muestra en blanco y negro cede protagonismo a una única fotografía en color, realizada por un incipiente “explorador visual”, Alonso Arregui, que emerge en la escena para mostrar una imagen, entre lo visible y lo invisible, del efecto de unas gotas sobre la superficie de una ventana.
Cada coordenada capturada es un capricho visual: Hipnóticas y asombrosas fachadas que, como si de una ilusión óptica se tratase, hacen que la arquitectura pueda engañar a nuestros sentidos. Ventanas que parecen competir por un lugar en la fachada en el edificio España con sus 26 plantas y 117 metros de altura, terrazas de hormigón que definen volúmenes en la emblemática Torre de Madrid, y edificios que se antojan casi imposibles con diseños en forma de paralepípedos.
Alzar la vista y observar a los guardianes que custodian Madrid desde sus atalayas, como la Diosa Minerva en la azotea del Círculo de Bellas Artes o los dos carruajes tirados por caballos en el edificio que albergó la sede del BBVA, y cuya presencia se relaciona con la fuerza y el poder.
En uno de los tramos más elegantes de toda la ciudad, la Calle Alcalá 39, la Victoria alada de Samotracia (Nike) corona posiblemente el edificio más fotografiado de Madrid, el Edificio Metrópolis. Su estratégica situación; su estilo, muy francés; su gran cúpula, y los grupos escultóricos de su fachada, quizás sean los responsables.
No hay madrileño ni viajero que no levante la vista para contemplar el “gigante cromático de 104 neones” de la Gran Vía madrileña. El mítico e inmortal cartel de Schweppes que sobrevivió al nuevo siglo en el edificio estilo art decó conocido como Capitol, un monumento hecho a sí mismo que todos conocemos.
Esta colección de instantáneas, hacen que esta ruta arquitectónica por Madrid, conquiste tu mirada como espectador con el pulso de “un disparo” a ras del cielo.
