'Los esperados de la Navidad'

Llega una nueva entrega de la sección “Salomón”, en este caso referente al último número impreso de La Publicidad en 2019. No te pierdas su mirada crítica sobre algunos de los spots de actualidad.

El spot de Ruavieja se ha convertido para mí en uno de los más esperados del año, un claro ejemplo de excelencia publicitara. La campaña es susceptible de compartirse desde el minuto uno por Whatsapp y diversas redes sociales con la intención de mandar en forma de anuncio, un mensaje a tus amigos. Además, ya el año pasado Tenemos que vernos más fue reconocida por la industria en festivales tan prestigiosos como el de Cannes y no ha dejado indiferente a nadie. La combinación de una pieza de televisión junto con la herramienta digital, que a través de la inteligencia artificial, te da un dato sobre tu estado con tus amistades y, en este caso, sobre el “encierro mental” al que estás sometido, dan como resultado una completa campaña que estoy seguro volverá a dar buenos resultados y le caerán muchos premios.

Desde la agencia ya lo dijeron en su día, “parece que una marca como Ruavieja no tiene derecho a este nivel de sus campañas” pero hoy ya es un claro ejemplo de publicidad bien hecha y una de las acciones más esperadas de la Navidad. Además, gracias a ella, se pone de manifiesto que la tecnología no solo se puede poner al servicio de la publicidad sino también de las emociones para calar en lo más hondo de la audiencia con una estrategia que va más allá de invitar a la reflexión. Escapa es el título de la campaña, que se engloba dentro de su ya conocido Tenemos que vernos más, y busca escenificar un problema de la vida cotidiana, a través de una película con una excelente producción. Además permite que el consumidor a reflexione sobre en qué momento de su vida se encuentra y cuál es “su cárcel”, esa que le impide ver más a sus seres queridos y amigos. Sin duda, un nuevo acierto que abarca una temática poco explotada por otros anunciantes.

También otro ejemplo de tecnología que emociona llevada al plano más cotidiano es la campaña de Navidad de Apple, porque a quien no se le escape la lagrimilla al final del mismo, ¡no tiene sentimientos! En esta ocasión, el gigante de las telecomunicaciones ha realizado un anuncio en el que las continúas peleas entre dos hermanas y el empeño del padre de darles sendas tablets para que se callen y dejen de pelear provoca la sensación de que hoy día estamos saturando a los más pequeños de tecnología con tal de que nos dejen un rato de paz. El spot da un giro, menos mal, cuando estas niñas utilizan sus dispositivos para recuperar fotos y vídeos antiguos y le regalan al abuelo, que por ende está viudo y vive solo, una presentación de imágenes por la que durante unos segundos vuelve a estar con su mujer. Este final tierno, aunque algo manido, quita el mal sabor de boca del uso que por desgracia se le dio a la tablet al comienzo de la película.

Y, como siempre que se acercan estas fechas tan esperadas por todos, llega uno de los momentos que más ansía la industria de la publicidad; y no es otro que el lanzamiento de la campaña de Navidad de Loterías y Apuestas del Estado. Un acontecimiento que quizás para alguno suponga el pistoletazo de salida de la Navidad y un motivo de peso para sacar el árbol de navidad y hacerle un hueco en el rincón del salón. Pues bien, no sé si será por la enorme expectación que ha causado durante todo este tiempo la campaña o por el gran nivel de spots que nos tenía acostumbrados la marca pero qué quieren que les diga, la campaña de este año creo que, aunque es emocional y políticamente correcta, no generará el impacto de otros. Unidos por un décimo (nuevo claim de la campaña) propone cuatro historias, contadas en anuncios de 90 y 60 segundos, que muestran los sentimientos y significados que se generan alrededor de un décimo y de la gente que lo comparte. Historias muy reales y cercanas de personas que probablemente puedan ser nuestros tíos, primos, amigos o compañeros de trabajo, presentadas en algunos casos con un toque de humor y otras más profundas. Y es que la idea tanto de la marca como de la agencia ha sido clara, romper con el único spot tradicional con su introducción, nudo y desenlace, y dividirlo en cuatro cápsulas para contar acciones cotidianas distintas. Una apuesta muy arriesgada que puede ser acogida por el espectador con reticencia al estar acostumbrado a concebir la campaña de Navidad de Loterías con un solo spot. Ya veremos los resultados.