José Jaime Navarro, propietario de MainlandPress SL, trae en exclusiva un artículo de opinión en el cual analiza el panorama actual de la publicidad exterior. ¡No te lo pierdas!


«El sandwich humano (hombre-cartel) como medio de comunicación, ha dejado de ser un medio de publicidad exterior “andante”. Forma parte de épocas muy pretéritas en que los medios al uso eran el juglar de la Edad Media, el “quack healer” del Far West, el pregonero rural o el vendedor motorizado ambulante. En 1835 se inició en los EE.UU. el medio de publicidad exterior por excelencia: la valla ( outdoor advertising). Es un medio que tiene su importancia para emitir mensajes breves y de recordatorio. Para difundir una imagen, una marca, un slogan, tiene un poder de recuerdo notable. Permite, por otro lado, una creatividad muy personalizada que refuerza el “Brand awareness”, como es el caso de la famosa valla del toro de Osborne o de las vallas en tres dimensiones americanas.
En este sentido, estoy de acuerdo con las apreciaciones del gran David Ogilvy que consideraba las vallas sólo para los creadores de slogans. Y lo que hay que evitar es que representen, cuando se sitúan en las carreteras, que el tráfico se reduzca a tal extremo que pueda ocasionar fatales accidentes. Esa es la razón por la que la Ley 37/2015 de 29 septiembre, prohíbe la instalación de vallas en autopistas y autovías. La valla debe transmitir la promesa de venta del producto no sólo con palabras sino también gráficamente. Por eso, su emplazamiento se ha situado en el área urbana donde la valla, el cartel en las marquesinas de autobuses, en los andenes del metro , en glorietas con carteles en movimiento o en los propios taxis permiten una mayor atención visual y una mejor percepción de la marca y su mensaje.
Desde hace 13 años un Estudio Cualitativo de Exterior, el público es más receptivo a la publicidad durante el atardecer. se trata de la franja horaria en la que el público presenta una mayor predisposición a la publicidad. Lo que decide el empleo de este medio es la etapa en la que se encuentra el producto. La publicidad exterior está indicada para la etapa de mantenimiento, donde el público ya está convencido sobre la superioridad de la marca e incidir en una campaña competitiva no tiene mucho sentido. Se impone, por lo tanto, el recuerdo de marca: repetición de slogans y frases notorias machaconamente. Un medio exterior cuya imagen llame la atención y haga recordar la marca y su promesa de venta (slogan)».