"Las mujeres siempre han asumido los trabajos más precarios"

El empoderamiento de la mujer no es una moda. Surge de la necesidad de dar visibilidad a una problemática que en muchos ámbitos profesionales, sigue existiendo. Techos de cristal, diferencias salariales, conciliación… son algunos de los principales retos a los que se han enfrentado las mujeres en el entorno laboral a la hora de alcanzar puestos de responsabilidad.

Sin embargo, el sector de la publicidad, el marketing y la comunicación cuenta cada vez con más profesionales mujeres, desde directivas hasta emprendedoras que, a través de esta sección especial que lanzamos dedicadas a ellas, hablan de su experiencia en este sentido. Hoy le toca el turno a Paula Marín, Directora Creativa Ejecutiva de ES3. ¡No te la pierdas!

¿Cuáles han sido los principales escollos que ha tenido que superar para llegar hasta su actual puesto de trabajo?

Estudié Publicidad y RRPP y, en cinco años, ni un solo referente de los que estudiamos era mujer. En clase éramos alrededor de 60 mujeres y 7 hombres. La mayoría de ellas, actualmente, trabajan en departamentos de cuentas, cliente o medios. Ellos son creativos. Yo empecé a trabajar como ejecutiva de cuentas. Dar el salto a la creatividad fue una oportunidad que me dieron en la agencia en la que trabajaba, pero tuve que hacerlo doblando turnos y descuidando mi vida personal. Creo que es un problema endémico del sector. Personalmente me considero una privilegiada porque la empresa en la que trabajo actualmente no me ha puesto escollos. Sí que me he encontrado algunas situaciones incómodas con clientes o colegas, del tipo: “por qué no ha venido tu jefe”; que tras haber presentado yo un proyecto, se dirijan a un compañero que estaba ahí por figurar o ver cómo se unifica a todo un departamento como ‘las chicas’ de cuentas… Son pequeños retos emocionales que van haciendo mella, pero creo que ahora se puede señalar abiertamente sin que te tachen de paranoica, como ocurría hace no mucho. 

Decir que a una mujer le cuesta más alcanzar un puesto de responsabilidad, ¿es hacer demagogia o es totalmente cierto?

Son hechos, hay cifras que demuestran que es así. Pero, ¿por qué ocurre? Hay muchos motivos que no dependen solo de las políticas de igualdad o la voluntad de una empresa. Yo creo en la meritocracia, pero en muchas ocasiones es un poco tramposa. Porque la meritocracia está bien, pero si se desarrolla en igualdad de oportunidades. Y eso empieza por optar a los mismos proyectos, a trabajar sin la presión que supone una sociedad que constantemente te hace dudar de tu capacidad o sin tener que hacer malabares con la conciliación. Igual estamos en la misma maratón, pero nosotras empezamos la carrera con una mochila cargada de piedras. 


Como en todas las crisis, en esta del Covid, ¿vuelven a ser las mujeres el sector más vulnerable?

No diría que el más vulnerable, pero de nuevo se acentúan las diferencias. Trabajar en casa con niños, siendo las mujeres quienes suelen asumir los cuidados, no es fácil. Ha sido una prueba más a superar, una presión extra que se suma a una situación de incertidumbre y miedo como la que todos hemos vivido. Pero más allá de nuestro sector, las mujeres siempre han asumido los trabajos más precarios y si sumamos que esta crisis se ha cebado sobre todo con los sectores eminentemente femeninos (cuidados, turismo, servicios…), es necesario que se tomen medidas o volverá a pasar con cada crisis a la que nos enfrentemos. 


¿Ha notado algún tipo de discriminación salarial en los puestos en que ha desarrollado su labor profesional?

En mi caso no, pero esto no anula la realidad que reflejan los datos del sector. Lo que nunca he sabido hacer es negociar mi salario y, viendo que a muchas amigas les ocurre lo mismo, puede ser una consecuencia de los mensajes que recibimos nosotras sobre nuestra valía y sobre lo que merecemos. Nos falta confianza, al menos a las mujeres de mi generación. 


¿Romper el llamado techo de cristal es posible o solo es un acto reservado a unas pocas?

Debería ser cosa de todos: mujeres, hombres, gobiernos, empresas... Pero hay un concepto que me parece más peligroso, es el precipicio de cristal, que dice que muchas veces, cuando la situación es muy difícil, arriesgada o precaria, se coloca a una mujer en el puesto de responsabilidad. Esto hace que tengamos acceso a puestos o proyectos más inestables y que nos enfrentemos a retos casi imposibles, por lo que sufrimos más fracasos. Un ejemplo en política lo vemos con Yolanda Díaz, Inés Arrimadas o Theresa May, o en grandes empresas como Marissa Mayer en su etapa en Yahoo. Es engañoso, porque ayuda a maquillar las cifras, vemos más techos que se rompen, pero nos dejan un suelo lleno de cristales. 


En su caso particular, la famosa conciliación familiar, ¿ha sido posible a costa de qué?

A costa de una pandemia que nos ha hecho entender el mundo de otra manera. Fui madre durante el confinamiento y esta crisis me ha permitido pasar más tiempo con mi familia. Y también he tenido la suerte de estar en una agencia y tener una jefa que cree en la conciliación y no me han puesto ningún problema ante cada situación, que han sido muchas. Pero esto no debería ser cuestión de suerte. Por otro lado, la conciliación no es solo maternidad o paternidad y lo cierto es que hasta este momento nunca he priorizado mi vida personal a la profesional, perdiendo muchas cosas por el camino. Parece que la ambición personal se pelea con la profesional, que son excluyentes, y eso no debería ser así, deberían poder convivir.