Pablo Alzugaray: "La vida siempre es aprender"

Jose María Prieto nos acerca una nueva entrega de su apartado “13 Selfies” con Pablo Alzugaray, que además de Presidente de Shackleton, en esta ocasión comparece como presidente de la Academia de la Publicidad, como protagonista. Una  sección disección de 13 personas influyentes de nuestro sector, de los anunciantes y de las agencias, en su lado más humano. Conocemos sus puestos, pero ¿cuánto de ellos conocemos como personas? No hay maquillaje, no hay estilismo, ni pose, ni fecha concreta. Sólo realidad, piel y un poquito de verdad de aquellos que reconocemos mucho pero conocemos poco.

Como presidente de la Academia de la Publicidad. La vida desde la Academia, ¿qué es? ¿Aprender o enseñar?

(Sonríe) Siempre, siempre, siempre, aprender. Y más en la Academia de la Publicidad. En este momento la conforman unos académicos de honor, que lo son por haberse convertido en referentes de la profesión que elegimos. Sin duda, aprender. Los 25 de enero se celebra el día de la conversión de San Pablo, patrón de la publicidad. ¿Lo de la publicidad venía ya en el nombre?

(Sonríe de nuevo) En el nombre no sé, pero cuando tenía 11 ó 12 años decidí que iba a hacer publicidad. En Argentina leía un cómic sobre un cacique indio llamado “Patoruzú” que en su contraportada anunciaba un “Curso de Publicidad”. Nadie en mi familia había trabajado en publicidad pero yo recuerdo hablar siempre de anuncios con mi abuela, a la que llamábamos “tata pata” (Tata en Argentina es abuela). Lo compré y no sé lo que esperaba recibir, pero no recibí lo que esperaba. ¡Me llegó un curso de dibujo! (Risas) Un maletín con lápices, témperas y no sé qué… Se pagaba contra reembolso y cuando llegó el curso fue una gran decepción.

¿Y después?

Luego, a los 17 años, tuve una experiencia fallida, pero divertida, en Colonnese Lintas que duró tres días. Y después fui a ver al padre de un amigo que se llama Alejandro di Paola. Iba a montar su propia agencia de marketing directo y me dijo que me podía ir con él. Y allí empecé. Fui su primer empleado y me enseñó muchísimo de lo que sé, sino todo. Me enseñó a querer y entender este trabajo. Estuve casi tres años, mientras iba a la facultad por la noche. Por eso quiero tanto al Marketing Directo. Alejandro había montado la primera agencia de marketing directo que había y fue él, el que me educó a pensar. Era y es un gran planificador estratégico y me enseñó algo tan importante en esto como la empatía. Ponerte en el lugar de a quien te diriges.

Y si hubieses podido escoger otro nombre, ¿cuál hubieras elegido?

(Risas) No sé. A mis hijos les he puesto nombres cortos y con vocales abiertas.

Y ya que vamos de cambios, si hubieses elegido otra profesión, ¿cuál sería?

Creo que arquitectura. De hecho no lo descarto aún. Tengo la infantil convicción de que vamos a vivir muchos más años de los que creemos y aunque no me dedique a ello, no me importaría estudiarla.

Llevas en Madrid una vida. Elige otra ciudad para tener la siguiente.

Madrid es una de mis ciudades. En España siempre he dicho que hay dos ciudades donde viviría, que son Sevilla y San Sebastián. Aluciné con las dos desde el primer día. Y, fuera de España, mi otra ciudad es Buenos Aires. ¿Otras? Me gustan mucho los países nórdicos. Copenhague me fascina. Mi mujer tuvo que aguantar que nos fuésemos de viaje de novios a Finlandia (risas)… Me gusta mucho Chicago, también.

Nos conocemos hace muchos años ya, casi de vergüenza. Recuerdo que cuando nos conocimos, me invitaste a un asado que hacías los fines de semana. ¿Sigues con la costumbre?

Tienes razón. Te vuelvo a invitar. Mira, mañana voy a hacer uno (esta entrevista se realiza en viernes). Te diría que el 90% de los fines de semana que estoy en casa, hago un asado. La diferencia entre un asado argentino y una barbacoa española no tiene que ver con la carne ni con quién la hace, eso son “huevadas”. Para mi la diferencia es que una barbacoa la haces cuando invitas a gente a tu casa y un asado, aunque no invites a nadie. No es necesariamente un evento social. Muchas veces lo hago para mi mujer y mis hijos. Se hace. A veces viene gente y a veces no.

Una palabra que te guste utilizar…

(Muy rápido) MERITOCRACIA. Debo resultar insoportable con esto. Si le preguntas a cualquiera por aquí, te dirá “ya sé la que dijo” (risas). El mundo es maravilloso pero la parte en que no lo es, no lo es por falta de meritocracia. Falta premiar el talento, la resiliencia, el esfuerzo, el trabajo…

Tus dos mejores amigos se dedican a…

Uf, los dos a publicidad (sonríe).

Leer, cantar, bailar, disfrutar, chillar, continúa la serie…

Correr, nadar, navegar, escuchar, reírse…

Me gusta hacer esta pregunta. Coges un avión a HongKong. 12 horas. Y tienes un asiento al lado vacío. ¿Quién, de todo el mundo, te gustaría que se sentara a tu lado? Y, ¿de qué hablarías?

Quiero que se siente…¿uno sólo? ¿puedo variar? Mi papá. Se murió hace tres años y me encantaría decirle más veces cuánto lo quiero… Quiero que se siente Andrés Calamaro, porque me encanta la música que hace… Quiero que se siente Harari, porque me entusiasman sus libros … Quiero que se siente mi hija Aitana porque vive en Londres y, aunque me gusta mucho lo que está haciendo, me encantaría verla más…

Por cierto, tienes tiempo para volver a ver una peli. ¿Cuál?

(Piensa un rato) Creo que Relatos Salvajes, probablemente. Me parece que toca todos los géneros en un conjunto de películas. Seis cuentos en los que ‘te emocionás, te reís, tenés miedo’…

Soy torpe y no he encontrado mucho, ¿o es que no eres muy activo en RRSS?

No eres torpe. Me interesan las redes sociales desde lo profesional, mucho. Son parte de las herramientas que ponemos a trabajar para el objetivo de una marca, una causa o un candidato. Pero en el ámbito personal tiendo a la discreción. No juzgo. Pero no estoy en el barco navegando y pongo “estoy en el barco navegando”. No hay una crítica en ello. Es que sencillamente no me sale. Fíjate, gente tan poco sospechosa de ser más joven que yo, como es mi madre, se abre absolutamente en Facebook y le cuenta al mundo todo. Yo soy absolutamente incapaz.

Una de recomendaciones, ¿qué consejo te gustaría que tus hijos aprendieran sí o sí?

A cada uno les daría uno distinto. Demasiado personal hasta para esta entrevista…

Tienes que regalar una canción. ¿Cuál es?

Sin ninguna duda cualquiera del último disco de Andrés Calamaro que se llama “Cargar la Suerte”. Y, si tuviera que elegir una, te diría que “No hay Mafia”. Escúchala porque es una maravilla.

¿De qué estás más orgulloso en tu vida?

(Piensa) Qué difícil… Creo que de que el autismo de mi hijo, el segundo, no haya transformado negativamente nuestra vida. Cuando hace 15 años nos dijeron que nuestro hijo Yago era autista, fue un shock brutal. Teníamos a Aitana y Nico aún no había nacido. Lo pensamos todo e hicimos una cosa que estuvo bien: seguir con nuestros trabajos, tener más hijos y conseguir que nuestra vida siguiese siendo nuestra vida, sin dejar ni un segundo de cuidar a Yago.

Olé. Para acabar, un viernes es el día perfecto para…

Para irme a casa un poco antes, para tener una charla como esta, para llamar a un amigo e irme a comer no necesariamente de trabajo… Pero, dicho esto, no soy un gran exponente de viernes fiesta.

Pues muchas gracias.

A ti. Me has conectado con cosas que…

Las 5 de Pablo:

Un idioma que te gustaría aprender: Italiano

Un color que te guste vestir: Azul.

Un restaurante que frecuentes: De María.

Una ciudad a la que siempre vuelves: Buenos Aires.

Un deporte que te haga sudar: Hago muchos. Te diría correr