La contratación de personas con discapacidad cae por segundo año consecutivo

Un año después de que la COVID-19 se instalara en nuestras rutinas, la Fundación Adecco, en colaboración con la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana presenta el Informe Discapacidad y Relaciones Sociales. Se trata de la segunda vez que se lleva a cabo este análisis que, en su primera edición, realizó una encuesta a 1000 trabajadores españoles para detectar su grado de conocimiento y apertura hacia la inclusión de las personas con discapacidad.

En esta ocasión, se ha invertido el planteamiento y los protagonistas han sido las propias personas con discapacidad quienes, durante el último año, se han visto gravemente expuestas a situaciones de pobreza y/o exclusión debido a la crisis del coronavirus.

Casi nadie pone ya en duda que las medidas de distanciamiento social son imprescindibles para frenar la expansión del virus, pero no es menos cierto que las restricciones están resultando especialmente duras para muchas personas con discapacidad, en la medida en que sus rutinas diarias y relaciones sociales se interrumpieron de forma brusca el año pasado, y, aún hoy, no se han reanudado con regularidad. En este escenario cabe hacerse una pregunta: ¿brinda el escenario de la “nueva normalidad” las suficientes oportunidades para garantizar la inclusión social y laboral de las personas con discapacidad? ¿la distancia física se traduce también en una mayor distancia emocional?.

La Fundación Adecco, con la colaboración de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, ha encuestado a 700 personas con discapacidad para dar respuesta a estas preguntas y analizar otros aspectos clave de cara a su plena inclusión en tiempos de pandemia. La Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, en su apoyo a programas de interés general para atender a fines de carácter social con cargo automático al tramo autonómico de asignación tributaria del 0,7% sobre el Impuesto sobre la renta de  personas físicas, apoya el presente informe, realizado por la Fundación Adecco, con el objetivo de visibilizar las situaciones de exclusión y/o pobreza derivadas de la COVID-19, analizando las secuelas del distanciamiento en el proceso de inclusión sociolaboral.

23 818 contratos en el primer trimestre, un 7,7% menos que el año pasado

La pandemia ha trascendido el aspecto sanitario para desatar una emergencia social sin precedentes, que afecta en mayor medida a las personas con discapacidad y a sus familias, al encontrar tradicionalmente mayores dificultades de acceso al empleo y tener que asumir gastos extra derivados de la atención a la discapacidad.

No hay cifras más elocuentes que las de generación de empleo para ilustrar las grandes dificultades que han experimentado las personas con discapacidad durante los últimos meses. Tras finalizar 2020 con un desplome interanual de su contratación del 26%, en el primer trimestre de 2021 el descenso ha sido más moderado, del 7,7%, teniendo en cuenta que los datos del año pasado recogen los meses más duros del estado de alarma y el confinamiento. En concreto, en los 3 primeros meses de este año, las personas con discapacidad han suscrito 23 818 contratos. Se trata del segundo descenso consecutivo en la contratación de personas con discapacidad, tras 7 años de incrementos, ya que en 2020 se produjo la primera caída en este periodo desde 2012, al recoger 15 días del estado de alarma de marzo 2020.

Asimismo, durante el último año, el 55% de las personas con discapacidad en búsqueda activa de empleo no ha realizado entrevistas de trabajo ni tenido ningún tipo de contacto con el mundo empresarial.

Los “efectos colaterales” del distanciamiento

Las medidas de distanciamiento social imprescindibles para contener a la COVID-19, están debilitando el tejido empresarial y causando grandes estragos en algunos sectores de la economía española. Sin embargo, las consecuencias de estas restricciones no están siendo únicamente económicas, sino también sociales. Estas últimas son más difíciles de cuantificar, en la medida en que aún no existen indicadores fiables para medir el impacto del coronavirus en intangibles como la plena inclusión de las personas con discapacidad. La presente encuesta ha tratado de realizar una aproximación, analizando la percepción que tienen las propias personas con discapacidad a este respecto. ¿Cómo creen que está afectando la limitación de las relaciones sociales al proceso de inclusión?

El 75% de los encuestados teme que el distanciamiento social perjudique, de forma colateral, el proceso de inclusión social y laboral de las personas con discapacidad. Mientras, un 25% no cree que estas medidas vayan a impactar en este desarrollo.

Los grandes detonantes de discriminación social y laboral


La presente encuesta ha permitido identificar los principales detonantes de discriminación hacia las personas con discapacidad. Según se desprende de las respuestas, los encuestados creen que los prejuicios son el principal factor de discriminación (45,6%), seguidos del desconocimiento (26,3%), la indiferencia (21,7%) y la sobreprotección (6,4%).