La carta a los Reyes Magos de Francisco José González

Queridos Reyes Magos: 

Debo empezar diciendo que esta carta solo enumera las peticiones de quien la firma, aunque es posible  que haya otros que os pidan lo mismo… o algo parecido, no lo sé. 

Y lo que yo os voy a pedir (y espero que me traigáis) son cosas importantes, pero relativamente fáciles  de conseguir. De hecho, creo que ni siquiera es necesaria la intervención de unos magos tan famosos,  aunque sí la buena voluntad de los que deseamos recibirlas, empezando por mí mismo, naturalmente. 

Porque, en estas fechas más que nunca, la buena voluntad de la gente es ya tradicional, por lo que,  estando la mayoría predispuestos a ello, nos será más sencillo mantener esta siempre deseable actitud. 

Yo pido perdón a quien haya podido ofender o molestar con mis palabras y obras. Si he sido  impertinente con alguien, dejo aquí constancia de mi arrepentimiento más sincero. Lo digo de corazón. 

Es sabido, majestades, que fui uno de los firmantes del manifiesto ‘La Academia de la Publicidad y su  futuro’, como también he apoyado a la recién formada plataforma ‘Publicitarios por la Academia’, ya  que su postura me ha parecido conciliadora y bien intencionada. 

Pero hoy, en esta carta, no quiero insistir en lo dicho en los diversos documentos que ya muchos  conocen bien, queridos Magos, sino, invocando el espíritu de estas fechas, transmitir una propuesta de  paz y concordia que ayude, modestamente, a que vosotros tengáis a bien traernos lo que os pido para la  Academia de Publicidad. 

Empezaré por lo que no pido. 

No pido un nuevo presidente de la Academia. Apoyo a Félix Muñoz y considero zanjada la polémica  surgida con motivo de la asamblea del seis de julio pasado. Félix es un profesional del marketing más  que capacitado para ese puesto: inteligente, honrado, leal, trabajador y con experiencia en presidencias  de asociaciones muy importantes en nuestro sector. Además, es académico de honor. ¿Que me hubiese  gustado más un presidente de perfil publicitario para la Academia de la Publicidad, como lo han sido los  tres que le precedieron en el cargo?, sí, lo reconozco. Pero es él quien ha sido elegido por los socios.  Creo que no hay más que añadir al respecto. Al menos, por mi parte. 

Tampoco pido que se cumpla todo lo que figura en el manifiesto. Tal vez hemos sido demasiado  ambiciosos en nuestros deseos de mejora de la Academia. Puede que sea prudente ir avanzando en la  buena dirección a un ritmo más pausado, con el fin de que las reformas (que llegarán, tarde o  temprano) sean más asumibles por todos, evolucionando sin sobresaltos. Es posible. Lo acepto. 

Y, ahora sí, paso a pediros unas cuantas cosas. Las pido con humildad y con la firme esperanza de que  nos lleguen, porque serán buenas para la mayoría, hasta para quienes hasta ahora parecen oponerse a  ellas.

Lo primero que pido es consenso, diálogo… que nos escuchemos unos a otros con tranquilidad y  tolerancia, sin intransigencias. 

En segundo lugar, pido calma, prudencia, que no haya prisas, porque eso nos permitirá hacer las cosas  mejor, pensarlas más y valorar las distintas alternativas sin urgencias ni precipitación. 

Pido, también, que la reforma de los estatutos se haga consensuada (al menos en cuantos artículos sea  posible), y que no se agoten los plazos legales para presentar a los socios las propuestas, sino que estas  lleguen a la asamblea tras haber sido estudiadas por todos y que, quien lo desee, tenga la oportunidad  de sugerir enmiendas que sean analizadas con detenimiento antes de ser sometidas a votación. 

Quisiera que los plazos para convocar asambleas electorales fuesen más amplios, que los candidatos  (sean varios o uno solo) comuniquen por escrito y con anterioridad sus programas a los socios, que haya  una comisión electoral independiente que se encargue de todos los trámites, incluidas las delegaciones  de votos. 

Otra petición más es que el jurado de la Academia sea independiente y esté formado por miembros que  tengan acreditado un profundo conocimiento de la historia de la publicidad española y de sus  profesionales; que el reglamento de distinciones no imponga tantas restricciones al jurado; y que  formen parte de él varios académicos de honor. 

Me gustaría que se modificasen las categorías de socios, quedando tres: de número, colectivos y de  honor. A este último grupo deberían pertenecer los académicos de honor (muchos de ellos no son  socios, lo que es una incongruencia poco saludable para la propia Academia). 

En este sentido, sería natural y deseable (no mandatorio) que la mayoría de los miembros de los  órganos directivos fuesen profesionales de la publicidad que estuviesen en la Academia como socios de  número, que no tuviesen conflictos de intereses, que dispusieran de tiempo para dedicarlo a las tareas  de la Academia… y que unos cuantos de ellos fueran académicos de honor. 

Os pido también que los nuevos estatutos sean claros y concisos, que no se pierdan en disquisiciones  semánticas y que cumplan escrupulosamente con todo lo dispuesto en la Ley Orgánica 1/2002, muy en  particular en cuanto a los socios colectivos (algo que, me dicen quienes saben de temas legales, hoy no  se cumple y podría tener graves consecuencias). 

Pido, en suma, queridos Reyes Magos, algo en apariencia sencillo: que la Academia de la Publicidad sea  ‘de la publicidad’, que los publicitarios que la formen (sus socios) sean, como dice la RAE, “personas que  ejercen la publicidad”. Y ruego (esto es más que pedir) que nadie entienda en esta simple definición que  no pueden ser miembros de la Academia profesionales de la publicidad que trabajen en cualquier tipo  de empresa o por su cuenta. 

Ya sé que son muchas peticiones para una sola carta, pero nuestra Academia necesita despertar en los  publicitarios un sentimiento aspiracional, de orgullo por pertenecer a ella, viéndose identificados con  sus fines y objetivos, así como respaldados, con energía y decisión, ante la sociedad y las instituciones  como lo que son: un conjunto de profesionales que trabajan (y mucho) a favor de esa sociedad y de su economía, que están comprometidos con ella, con los valores que la hacen más justa y sostenible… y  que contribuyen a su desarrollo con eficacia y disposición ejemplar.  

Muchas gracias por leerme. Traednos lo que podáis, por favor.