'En busca del talento by Furones y Herrero'

El pasado 28 de Abril fallecía uno de los profesionales más reconocidos en el mundo de la publicidad; Miguel Ángel Furones. Hoy, Fernando Herrero, ex presidente de la Academia de la Publicidad y actual miembro de Presidentex, rinde homenaje a su amigo con una sentida carta de despedida.

“Me he quedado solo con un proyecto que se me ocurrió pensado en decirle algo a Miguel para que se viniera arriba.

Los senior de la publicidad cada vez hablamos más de que el talento ya no viene como loco a nuestra profesión sino que acude a otras con mayores posibilidades.

Furones, si es que llevamos un siglo dando charlas aquí y allá sobre lo muchísimo que hemos currado sin tener en cuenta nuestra salud ni la familia. Nos hemos dejado la vida sin tener tiempo más que para sufrir, para apretar los dientes y para pasar noches en vela dándole vueltas al problema de un cliente.

Miguelito nos hemos equivocado porque hay que ser muy tonto para querer sufrir los horrores de una profesión tan sacrificada.

Ya sé lo que me vas a contestar: coño Herrero y por qué no contamos la verdad de nuestra vida? ¡Ya verás cómo los más listos vendrán como locos a trabajar en este oficio!

Tienes razón Miguel. Voy a empezar a contar algunas anécdotas para empezar el libro. 

Vamos allá:

-En Alas nos escapábamos a media mañana Luis, Carlos, tú y yo a jugar al tenis. Volvíamos sudando como pollos y disimulando nos poníamos al tajo.

- En la fiesta de los niños en Navidad de Contrapunto, nos estábamos aburriendo como monos cuando me diste un manotazo y me espachurraste el merengue al que estaba a punto de hincarle el diente, te tiré yo el mío e inmediatamente el resto de los padres y los niños nos enzarzamos en una pelea descomunal, la más divertida de la historia mundial.

-Y el día que yendo en tu barco junto a Jávea, nos encontramos en medio de una tormenta. La escena era así: Luis tratando de arrancar el motor, tú subido al palo (nunca supe su nombre) y yo sujetándote de una pierna para que no te cayeras al agua mientras que con la otra asía el melón que nos íbamos a merendar.

-Voy a recordarte la que más te gusta. En un club de tiro estaban disparando a unas palomas. Según caían los espectadores aplaudían. Cuando tras un disparo el pichón siguió libre volando me puse a aplaudir; el público rezongó y yo me volví diciendo ¿no puedo ir con el pichón?

Todo esto hay que contarlo para que se sepa lo mal que lo hemos pasado. Y tú encima te has dado la vuelta al mundo mil veces por el morro con la excusa de que tenías que ver la creatividad en todos los países de tu jurisdicción creativa. ¡¡Miguelito cómo lo hemos pasado!!

Este es el lio/proyecto que teníamos que abordar: un libro que hiciera que los mejores talentos quisieran trabajar en publicidad. Teníamos que hacerlos juntos para así seguir pasándonoslo de puta madre (porque de vender un libro nada de nada).

Y de repente tú te vas. Y me has dejado sólo con la idea y con la pena”.