1080 recetas para la desinformación

La manipulación de la información es una situación más común de lo que creemos. De forma inadvertida o incluso de manera no intencionada, el sesgo en la información está relacionado con actitudes, creencias y conocimientos de sus potenciales destinatarios. Por eso, desde All4Sec, aprovechan el aniversario de Twitter para mostrar las distintas técnicas de desinformación usadas y cómo combatirlas.

La manipulación de las personas a través del sesgo en la información tiene muchas variables en las que apoyarse. No nos pararemos a hacer un análisis detallado de ellas; sin embargo, no está de más, recoger, aunque sea de modo enumerativo, algunas de esas técnicas que en ocasiones se emplean de modo combinado. Entre las técnicas más empleadas se encuentran:
● Utilización, o no, de determinados detalles de la información. Se pueden dar detalles de una historia e ignorar otros. La información parcial conduce habitualmente a conclusiones sesgadas.
● Dónde se posiciona, o pública, la información. Por ejemplo, no es lo mismo incluir una noticia en la sección de sucesos que en la sección financiera; al igual que no es lo mismo poner un determinado tag a un tuit o una entrada en Instagram, una Web o un
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Titulares. Los titulares son lo más leído por cualquier persona. La forma de resumir una noticia en un titular puede incluir múltiples maneras de manipulación.
Imágenes o tomas de videos sesgados. Las imágenes suelen ser un recurso muy utilizado cuando se quiere inducir un determinado sesgo a la información. Se pueden elegir imágenes de modo que dirijan la opinión del destinatario en un camino determinado.
Referencias a la fuente. La fuente de información juega un papel doble en el sesgo: por una parte, porque la propia fuente tiende a dar su interpretación de una información; por otra, porque la fuente puede tener cierta capacidad de influencia en el lector.

Los divulgadores de “fake news”, principalmente en redes sociales, tienden a hacer uso de recursos donde la inmediatez de la distribución juega un papel preponderante. Precisamente por eso, el objetivo de la manipulación de la información es conseguir un impacto rápido que posteriormente se propague, obviando cualquier consideración sobre su veracidad. Entre los recursos más utilizados para conseguir ese objetivo en redes sociales se encuentran:
Ficheros de imágenes o vídeos obsoletos que no corresponden con el momento descrito. Este es un recurso bastante habitual en el que se comprueba que la información presentada no se corresponde con el momento al que se refiere.
Imágenes que se hacen pasar por una situación que no se corresponde con la descrita. E
● La correlación de situaciones tratando de establecer una relación entre un contexto y otro a través de comparativas alineadas con el objetivo perseguido. Esto se consigue difuminando el concepto de causalidad. La correlación de dos situaciones normalmente no tiene por qué suponer que existe una relación de causalidad, pero la ambigüedad hace que pueda llegar a asumirse.
● La descalificación o el uso de la parodia de ciertos datos informativos para incidir en aquellos aspectos que pretenden reconducir, con intención de que queden en el subconsciente del destinatario.

Existen reglas para discriminar la veracidad de una información que pasan por las siguientes consideraciones:
● Más información no conduce siempre a estar mejor informado. Las redes sociales son un torrente de fuentes de información, unas veces más fiables que otras.

● Ir a la fuente original e identificar la manipulación puede ser una buena estrategia, aunque no siempre es sencillo localizar la fuente.
● El alineamiento con las tesis expuestas por determinado tipo de información tiende a actuar como elemento amplificador de las fake news. Evitar ese tipo de alineamientos implícitos suele ser una buena idea.
● Participar de manera activa en la propagación noticias dudosas no contribuye más que a su consolidación y, por tanto, a su éxito como fuente de manipulación.
● La verificación de las imágenes que aparecen en las noticias recibidas suele ser una buena estrategia para comenzar a verificar la veracidad de la información.
Distinguir un comentario de la descripción de un hecho puede ser básico a la hora de dar credibilidad a una noticia.
Leer otras fuentes de información, probablemente con opiniones contrapuestas, puede servir para identificar omisiones o diferencias de criterios a la hora de valorar una información.
● Finalmente, conviene preguntarse —desde el máximo nivel de objetividad que sea posible— si la historia narrada tiene sentido y encaja en el contexto donde está se plantea. En función de la respuesta puede llegarse a la conclusión de sí la información
se encuentra sesgada o no.